Thursday, August 28, 2025

Carta a un Misionero de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días -1

 


Querido Élder [Apellido],


Espero que este mensaje te encuentre bien y lleno de ánimo en esta obra maravillosa a la que has sido llamado. Ser misionero del Señor Jesucristo es una responsabilidad sagrada y una oportunidad que transformará no solo tu vida, sino la de muchos que están buscando el evangelio restaurado.


Hoy quiero compartirte algunas palabras de aliento y reflexiones para ayudarte a encontrar y fortalecer al Espíritu Santo en tu servicio diario. Sé que la misión puede traer desafíos, pero recuerda que nunca estás solo. El Señor te acompaña en cada paso.


El Poder de la Fe y el Espíritu


La fe es el principio por el cual todas las cosas son posibles. Tal como enseñó el Salvador:

"Si podéis creer, al que cree todo le es posible" (Marcos 9:23).


Cuando enfrentes momentos de duda o dificultad, recuerda que el Espíritu Santo es tu guía constante. Él te ayudará a discernir las necesidades de aquellos a quienes sirves y te dará palabras para tocar sus corazones. El profeta Moroni nos enseñó la manera de invitar al Espíritu en nuestras vidas:

"Y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas" (Moroni 10:5).


Dedica tiempo cada día para orar y estudiar las Escrituras con sinceridad. Estos momentos de comunión personal con Dios fortalecen tu conexión con el Espíritu y te preparan para escuchar su voz.


El Espíritu Testifica del Salvador


Recuerda que el propósito principal del Espíritu Santo es testificar de Jesucristo. En Doctrina y Convenios se nos promete:

"Si recibís al Consolador, el cual os mostraré, él morará en vuestro corazón; y esto os llenará de gozo" (DyC 88:3).


Busca cada día oportunidades para hablar de Cristo. Como enseñó el presidente Dallin H. Oaks en una conferencia general:

"El compartir el evangelio no es solo para bendecir a otros, sino que también fortalece nuestro testimonio" (Conferencia General, abril de 2016).


Cuando centras tu mensaje en Cristo, el Espíritu llenará tu alma y tus palabras resonarán en los corazones de los demás.


El Poder del Ayuno y la Oración


Cuando sientas que necesitas guía específica o ayuda especial, recuerda que el ayuno y la oración son herramientas poderosas para invitar al Espíritu. El Salvador mismo nos enseñó:

"Mas esta clase no sale sino con oración y ayuno" (Mateo 17:21).


Te invito a planificar tiempos de ayuno en tu misión. Al hacerlo, consagra ese sacrificio al Señor y pídele dirección. Él siempre responde a los corazones sinceros.


No Estás Solo en Esta Obra


Es normal sentirte a veces abrumado o insuficiente. Sin embargo, recuerda las palabras del Salvador a Sus discípulos:

"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28).


Confía en Él. Eres un instrumento en Sus manos, y Él hará milagros a través de ti si te mantienes humilde y dispuesto. El presidente Gordon B. Hinckley compartió un consejo que todos los misioneros deberían recordar:

"El gozo más grande de esta vida viene al llevar las almas al Salvador. Haz todo lo que puedas y deja el resto en Sus manos" (Enseñanzas de Gordon B. Hinckley, pág. 283).


Maneras de Fortalecer el Espíritu


1. Ora con frecuencia y fervor: Habla con tu Padre Celestial como con un amigo cercano. Él te escucha y desea bendecirte.



2. Estudia las Escrituras diariamente: Encuentra fuerza en las palabras de los profetas antiguos y modernos. Dedica tiempo a leer el Libro de Mormón, pues es la clave para invitar el Espíritu.



3. Busca el servicio constante: Al servir a los demás con amor, invitas al Espíritu Santo a estar contigo.



4. Mantén tu mente y corazón limpios: Evita todo lo que pueda distraerte de tu propósito divino. Sé puro en pensamiento y acción.



5. Canta himnos: La música sagrada tiene un poder especial para invitar al Espíritu. Recuerda las palabras:

"El cantar un himno es una oración para el Señor" (Himnos, "Oración de un Himno").




Promesas y Bendiciones


Finalmente, querido Élder, recuerda que el Señor ha prometido grandes bendiciones a aquellos que sirven fielmente en Su obra:

"Por tanto, si tenéis deseos de servir a Dios, sois llamados a la obra" (DyC 4:3).


Él conoce tus esfuerzos y te recompensará de maneras que no puedes imaginar. El presidente Russell M. Nelson prometió:

"Cuando nos consagramos al Señor, Él nos transforma. Nos convierte en instrumentos más útiles en Sus manos" (Conferencia General, octubre de 2018).


Al seguir adelante con fe, verás milagros, y tu propio testimonio del Salvador crecerá de manera profunda y duradera.


Mi Testimonio


Sé que esta es la obra del Señor. Sé que Jesucristo vive y que esta es Su Iglesia restaurada sobre la tierra. El profeta José Smith fue llamado para traer nuevamente la plenitud del evangelio, y el Libro de Mormón es la palabra de Dios. Testifico que el Espíritu Santo puede ser tu guía constante si lo buscas con humildad.


¡Ánimo, Élder! Tienes un llamamiento divino, y el Señor está contigo en cada paso. Confía en Su amor y en Su plan para ti.


Con gratitud y oraciones,


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