Sunday, November 17, 2024

Las palabras de Nicolás Maduro y lo que realmente sucede en Venezuela





Como alguien que no es venezolano, pero que ha seguido de cerca la crisis en ese país, me sorprende cómo Nicolás Maduro se presenta al mundo con palabras llenas de promesas y principios que, al mirar la realidad, parecen vacías. Desde fuera, uno puede comparar sus declaraciones con los hechos, y lo que se encuentra es una gran contradicción. Quiero compartir cuatro frases de Maduro que reflejan su hipocresía, basándome en datos y hechos históricos.


1. "La revolución es para los pobres y los humildes"

En 2017, Maduro declaró en una transmisión nacional que su gobierno está dedicado a proteger a los más vulnerables, a quienes llamó “el pueblo humilde”.


Lo que muestra la realidad:


Aumento de la pobreza: Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), en 2019 más del 90% de los venezolanos vivían en pobreza, una cifra alarmante que refleja el colapso económico del país. La hiperinflación llegó a niveles inimaginables, alcanzando un millón por ciento en 2018 según el Fondo Monetario Internacional. Esto destruyó los ahorros y los ingresos de millones.

Lujo para los cercanos al poder: Mientras la mayoría del país luchaba por conseguir alimentos básicos, surgieron denuncias de lujos disfrutados por los hijos de funcionarios chavistas. En redes sociales, circulaban imágenes de fiestas extravagantes y viajes al extranjero, dejando claro quiénes realmente se benefician de esta “revolución”.

2. "Respetamos la democracia y la soberanía"

Esta frase la he escuchado repetidas veces en discursos de Maduro, especialmente cuando rechaza críticas internacionales. Según él, su gobierno defiende los principios democráticos y la independencia de Venezuela.


¿Dónde está la democracia?


Elecciones cuestionadas: Las elecciones presidenciales de 2018 fueron consideradas fraudulentas por múltiples organismos internacionales, incluyendo la Organización de Estados Americanos (OEA). La mayoría de los candidatos opositores fueron inhabilitados o forzados al exilio.

Dependencia extranjera: Aunque Maduro habla de “soberanía”, su gobierno depende de aliados como Rusia y Cuba. Informes internacionales sugieren que asesores cubanos tienen influencia directa en las fuerzas de seguridad venezolanas, y Rusia ha sido clave en el apoyo militar y económico al régimen.

3. "Los trabajadores son lo primero"

En discursos dirigidos a sindicatos y en cadenas nacionales, Maduro ha insistido en que su gobierno prioriza a los trabajadores y defiende sus derechos.


Los hechos desmienten sus palabras:


Crisis laboral: Según datos del Banco Central de Venezuela, en 2018 el salario mínimo era de menos de dos dólares mensuales. Profesionales como médicos, maestros y trabajadores públicos abandonaron el país en masa, buscando mejores condiciones en el extranjero.

Protestas reprimidas: A pesar de sus declaraciones, cuando los trabajadores protestan, enfrentan represión. En 2019, trabajadores petroleros exigieron mejores condiciones laborales en PDVSA, pero muchos fueron arrestados o intimidados por las fuerzas de seguridad.

4. "Venezuela es tierra de paz y justicia"

Maduro a menudo describe a Venezuela como un país pacífico y justo, asegurando que su gobierno trabaja por el bienestar de todos.


Una tierra de injusticia y violencia:


Violaciones de derechos humanos: Un informe de la ONU en 2020 documentó casos de tortura, ejecuciones extrajudiciales y detenciones arbitrarias. Estas prácticas parecen ser parte de un sistema diseñado para silenciar a la oposición y mantener el control del poder.

Crisis de seguridad: Según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), Venezuela se encuentra entre los países más peligrosos del mundo. En 2018, registró una tasa de homicidios de 81 por cada 100,000 habitantes, una de las más altas del planeta.

Reflexión desde fuera

Como alguien que observa desde otro país, me duele ver cómo las palabras de Nicolás Maduro contrastan con la realidad que enfrentan los venezolanos. Habla de proteger a los pobres, pero la pobreza se ha disparado; promete democracia, pero gobierna con represión y elecciones manipuladas; dice que defiende a los trabajadores, pero las condiciones laborales son insostenibles; y llama a su país una tierra de paz, cuando los informes de violencia e injusticia cuentan otra historia.


La hipocresía en sus palabras no solo afecta a Venezuela, sino que también es una advertencia para otros países. Nos recuerda la importancia de mirar más allá de los discursos y evaluar a los líderes por sus acciones, no por lo que dicen.


Espero que algún día los venezolanos puedan vivir en un país que realmente refleje los ideales que Maduro dice representar, pero que, hasta ahora, no ha cumplido.







 

Doing Everything with Your Heart: Applying Colossians 3:23 in Daily Life




In Colossians 3:23, Paul teaches us: “And whatsoever ye do, do it heartily, as to the Lord, and not unto men.” This simple scripture contains a profound and practical lesson that can transform how we approach our daily tasks, relationships, and service. What does it mean, in practical and spiritual terms, to do everything “heartily” and “unto the Lord”? Here, we’ll explore how this principle can be applied in daily life, enriching both our actions and our intentions.

Working with Purpose

To do things “heartily” means to act with sincerity, dedication, and love. Instead of seeking recognition from others or simply fulfilling an obligation, Paul invites us to elevate our motivations. For instance, when we work—whether in a paid job or on tasks at home—we should remember that our actions are not insignificant. Every effort, no matter how small, can be an offering to the Lord if we do it with a higher purpose in mind.

The President of El Salvador, Elías Antonio Saca, in a speech on September 15, 2004, in San Salvador, stated: “The true greatness of a country is measured by the service and sacrifice of its people.” This emphasizes the connection between personal effort and collective well-being. When everyone works with honesty and dedication, the sum of those efforts can bring about profound changes.

The Power of Sincere Service

In daily life, the principle of Colossians 3:23 is reflected in how we serve others. In the Book of Mormon, Mosiah 2:17 reminds us: “When ye are in the service of your fellow beings ye are only in the service of your God.” Serving with a sincere heart, without expecting anything in return, allows us to feel more connected to others and to God.

In the history of the Church in El Salvador, this spirit of service is evident. For example, on November 1, 1984, members in San Salvador dedicated their first meetinghouse. It was a community effort, marked by sacrifices and hard work but filled with joy and gratitude. Everything was done heartily, showing that when service is focused on the Lord, the results are extraordinary.

Overcoming Routine

One of the biggest challenges in modern life is the monotony of routine. Whether in work, school, or family responsibilities, it’s easy to fall into the habit of doing things mechanically. However, Paul invites us to transform those ordinary tasks into something meaningful.

In a speech in Santa Ana on March 1, 2013, President Mauricio Funes stated: “The progress of our country depends on the effort each of us puts into our daily work, with honesty and dedication.” These words underline that even the simplest actions can have a significant impact when done with integrity.

Additionally, in Doctrine and Covenants 58:26-27, we are encouraged to be “anxiously engaged in a good cause.” This counsel motivates us to take the initiative in our lives, seeking ways to improve our circumstances and those of the people around us.

A Spiritual Focus for Difficult Times

Living according to Colossians 3:23 also helps us during challenging times. When we face trials, remembering that our actions are for the Lord gives us strength and perspective. On August 20, 1992, during a special Church conference in San Salvador, it was emphasized that sincere service can bring comfort and divine guidance even in the most difficult circumstances.

By doing things heartily, with a focus on God, we are blessed with peace and purpose. We realize that our trials have meaning in the eternal plan and that our perseverance and faith can bless not only our lives but also the lives of others.

Practical Applications

1. At work: Dedicate your efforts to God, even if your tasks seem insignificant. Place a reminder in your workplace to maintain this focus.


2. In the family: Perform household tasks as an act of love and service, not as an obligation. Share this principle with your children to teach them to work with gratitude.


3. In community service: Look for opportunities to serve in your community or the Church. Remember that every act of kindness is also an act of worship.



Conclusion

Doing everything heartily and for the Lord transforms our perspective on life. This principle elevates our daily actions, strengthens us in difficult times, and allows us to find purpose even in the simplest tasks.

As we apply this counsel from Paul, let us remember the words of Mosiah 2:17 and the eternal message of Doctrine and Covenants 58:27: our service and work have eternal value when done with love and dedication to the Lord.

May we live this way, consecrating our actions and hearts to God, so we may experience the peace and fulfillment that only He can give.

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Hacer Todo de Corazón: Aplicando Colosenses 3:23 en la Vida Diaria



En Colosenses 3:23, Pablo nos enseña: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.” Esta sencilla escritura contiene una lección profunda y práctica que puede transformar cómo abordamos nuestras tareas diarias, nuestras relaciones y nuestro servicio. ¿Qué significa, en términos prácticos y espirituales, hacer todo “de corazón” y “para el Señor”? Aquí exploraremos cómo este principio puede aplicarse en la vida cotidiana, enriqueciendo tanto nuestras acciones como nuestras intenciones.

Trabajar con Propósito

Hacer las cosas “de corazón” significa actuar con sinceridad, dedicación y amor. En lugar de buscar el reconocimiento de los demás o simplemente cumplir con una obligación, Pablo nos invita a elevar nuestras motivaciones. Por ejemplo, cuando trabajamos, ya sea en un empleo remunerado o en tareas en el hogar, debemos recordar que nuestras acciones no son insignificantes. Todo esfuerzo, por pequeño que parezca, puede ser una ofrenda al Señor si lo hacemos con un propósito elevado.

El presidente de El Salvador, Elías Antonio Saca, en un discurso el 15 de septiembre de 2004 en San Salvador, expresó: “La verdadera grandeza de un país se mide en el servicio y sacrificio de su gente.” Esto resalta la conexión entre esfuerzo personal y bienestar colectivo. Cuando cada uno trabaja con honestidad y dedicación, la suma de esos esfuerzos puede generar cambios profundos.

El Poder del Servicio Sincero

En la vida cotidiana, el principio de Colosenses 3:23 se refleja en cómo servimos a los demás. En el Libro de Mormón, Mosíah 2:17 nos recuerda: “Cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, sólo estáis al servicio de vuestro Dios.” Servir con un corazón sincero, sin esperar nada a cambio, nos permite sentirnos más conectados con las personas y con Dios.

En la historia de la Iglesia en El Salvador, este espíritu de servicio es evidente. Por ejemplo, el 1 de noviembre de 1984, los miembros de San Salvador dedicaron su primer centro de reuniones. Fue un esfuerzo comunitario, marcado por sacrificios y trabajo arduo, pero lleno de gozo y gratitud. Todo lo hicieron de corazón, demostrando que cuando el servicio está enfocado en el Señor, los resultados son extraordinarios.

Superando la Rutina

Uno de los mayores desafíos en la vida moderna es el tedio de la rutina. Ya sea en el trabajo, la escuela o las responsabilidades familiares, es fácil caer en el hábito de hacer las cosas mecánicamente. Sin embargo, Pablo nos invita a transformar esas tareas ordinarias en algo significativo.

En un discurso en Santa Ana el 1 de marzo de 2013, el presidente Mauricio Funes afirmó: “El progreso de nuestro país depende del esfuerzo que cada uno de nosotros pongamos en nuestra labor diaria, con honestidad y dedicación.” Estas palabras subrayan que incluso las acciones más simples pueden tener un impacto significativo cuando se hacen con integridad.

Además, en Doctrina y Convenios 58:26-27, se nos exhorta a ser “ansiosamente dedicados a una buena causa.” Este consejo nos impulsa a tomar la iniciativa en nuestras vidas, buscando maneras de mejorar nuestras circunstancias y las de quienes nos rodean.

Un Enfoque Espiritual para Tiempos Difíciles

Vivir según Colosenses 3:23 también nos ayuda en los momentos de prueba. Cuando enfrentamos desafíos, recordar que nuestras acciones son para el Señor nos da fortaleza y perspectiva. El 20 de agosto de 1992, durante una conferencia especial de la Iglesia en San Salvador, se enfatizó que el servicio sincero puede traer consuelo y dirección divina incluso en las circunstancias más difíciles.

Al hacer las cosas de corazón, con un enfoque en Dios, somos bendecidos con paz y propósito. Nos damos cuenta de que nuestras pruebas tienen sentido en el plan eterno, y que nuestra perseverancia y fe pueden bendecir tanto nuestras vidas como las de los demás.

Aplicaciones Prácticas

1. En el trabajo: Dedica tus esfuerzos a Dios, aunque tus tareas parezcan insignificantes. Escribe un recordatorio en tu lugar de trabajo para mantener este enfoque.


2. En la familia: Realiza las tareas del hogar como un acto de amor y servicio, no como una obligación. Comparte este principio con tus hijos para enseñarles a trabajar con gratitud.


3. En el servicio comunitario: Busca oportunidades para servir en tu comunidad o en la Iglesia. Recuerda que cada acto de bondad es también un acto de adoración.



Conclusión

Hacer todo de corazón y para el Señor transforma nuestra perspectiva de la vida. Este principio eleva nuestras acciones cotidianas, nos fortalece en tiempos difíciles y nos permite encontrar propósito incluso en las tareas más sencillas.

Al aplicar este consejo de Pablo, recordemos las palabras de Mosíah 2:17 y el mensaje eterno de Doctrina y Convenios 58:27: nuestro servicio y trabajo tienen valor eterno cuando se hacen con amor y dedicación al Señor.

Que podamos vivir de esta manera, consagrando nuestras acciones y corazones a Dios, para experimentar la paz y satisfacción que sólo Él puede dar.




Sunday, November 10, 2024

La Humildad en Acción: Reflexiones sobre Proverbios 27:2



Introducción: En Proverbios 27:2 leemos: "Que te alabe de el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no tus labios". Esta enseñanza me resuena profundamente. Desde que me convertí a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, he aprendido que la humildad no es solo una virtud admirable, sino un estilo de vida que refleja nuestro compromiso con Dios. En mi camino de fe, he comprendido que no estamos aquí para buscar aplausos, sino para servir a otros y confiar en que el Señor reconocerá nuestras buenas obras a su debido tiempo. La historia de la Iglesia en México, las enseñanzas de las escrituras, y las palabras de líderes nos inspiran a vivir con sencillez, recordando que nuestra verdadera recompensa proviene de Dios.

1. El Primer Contacto Misionero en México (1875, Ciudad de México) Uno de los primeros ejemplos de humildad en la historia de la Iglesia en México fue cuando el misionero Meliton González Trejo llegó a la Ciudad de México en 1875. Él era un converso español, que con gran fe y sin buscar reconocimiento personal, se embarcó en la misión de llevar el Evangelio a un país donde nadie lo conocía. No tenía una multitud que lo aplaudiera ni reconocimientos de grandes líderes; solo llevaba consigo el deseo sincero de compartir el mensaje de Cristo. Me inspira imaginar su entrega silenciosa, su disposición para trabajar con humildad y dedicación. Como él, siento la invitación de vivir en obediencia, permitiendo que sea el Señor quien reconozca mis esfuerzos, en lugar de buscar elogios mundanos.

2. La Dedicación del Templo de la Ciudad de México (2 de diciembre de 1983, Ciudad de México) Cuando aprendí sobre la dedicación del Templo de la Ciudad de México en 1983, experimenté una gran reverencia y gratitud. Fue un evento histórico presidido por el presidente Gordon B. Hinckley, entonces miembro del Quórum de los Doce Apóstoles. Este templo se levantó gracias a la humildad y sacrificio de miembros que trabajaron arduamente, con fe, en silencio y sin esperar recompensas. Para ellos, ver ese templo terminado era un símbolo de que el Señor conocía sus corazones y sus esfuerzos. Para mí, esto refleja el mensaje de Proverbios 27:2: en lugar de exaltar sus logros, estos miembros confiaron en que el Señor les brindaría la paz y el reconocimiento espiritual que solo Él puede dar.

3. La Conferencia Area en Guadalajara (11 de noviembre de 1977, Guadalajara, Jalisco) En 1977, la Iglesia celebró una conferencia especial en Guadalajara, en la que el presidente Spencer W. Kimball habló a los santos de México. En su mensaje, recordaba a los miembros que el crecimiento de la Iglesia era resultado de muchos años de fe y dedicación silenciosa. Este evento no solo celebraba los logros de la Iglesia en el país, sino también el esfuerzo de los miembros que, con humildad, dedicaron sus vidas al Evangelio. Al reflexionar sobre esta historia, entiendo que la verdadera grandeza no viene de las obras que se alaban a sí mismas, sino de los actos de servicio que honran a Dios y sirven a los demás.

Enseñanzas de las Escrituras: El Salvador también nos enseñó esta misma lección. En el Nuevo Testamento, en Mateo 23:12, encontramos una enseñanza de Jesús que me ayuda a recordar el valor de la humildad: “El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”. Con esta frase, el Señor nos invita a no elevarnos por encima de los demás, sino a mantenernos firmes en el propósito de servir y amar. Al aceptar que mis logros no necesitan ser exaltados, siento una paz que solo el Señor puede dar.

Asimismo, en El Libro de Mormón, el rey Benjamín enseña algo que siempre toca mi corazón: “El hombre natural es enemigo de Dios… a menos que se someta al influjo del Espíritu Santo, y se despoje del hombre natural y se vuelva un santo, por la expiación de Cristo, el Señor, y se vuelva como un niño: sumiso, manso, humilde, paciente, lleno de amor” (Mosíah 3:19). Este pasaje me recuerda que el proceso de ser verdaderamente humilde no es fácil; exige que deje de lado mi orgullo, mi deseo de ser elogiado, y que me convierta en un discípulo dispuesto a servir y a someterme a la voluntad de Dios, sin importar si los demás lo reconocen o no.

Como alguien que también ama mi país, encuentro inspiración en palabras de líderes que han sabido valorar la humildad. Benito Juárez, uno de los héroes de México, expresó en 1867: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.” Este mensaje es un llamado a vivir con humildad y respeto hacia los demás, recordándome que en vez de buscar ser reconocido, debo honrar y servir a quienes me rodean.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, en una conferencia en Palacio Nacional en 2020, también destacó el valor de la humildad al decir: “La humildad es el camino que nos permite construir un México mejor para todos.” Estas palabras refuerzan en mí la idea de que la humildad no solo es un principio espiritual, sino una base para construir una sociedad justa y unida.

Reflexión final: En este camino de conversión y crecimiento en la fe, he llegado a comprender que la humildad es una virtud esencial para seguir a Cristo. Al vivir el mensaje de Proverbios 27:2, siento que el Señor me invita a confiar en que mis obras, aunque pasen desapercibidas para el mundo, serán reconocidas por Él. No necesito alabarme a mí mismo ni buscar que otros lo hagan. La verdadera paz viene cuando vivo en armonía con Dios, sirviendo con amor y gratitud. Y, al final, sé que el Señor me recompensará de una manera que el mundo no puede ofrecer. Mi deseo es que cada día mis acciones reflejen este espíritu de humildad, honrando a Dios y fortaleciendo mi fe en Su amor y Su gracia.



Thursday, November 7, 2024

Reflection: Galatians 3:23 and Its Doctrine Applied to Life


Reflection: Galatians 3:23 and Its Doctrine Applied to Life

Key Verse: Galatians 3:23
"But before faith came, we were kept under the law, shut up unto the faith which should afterwards be revealed."

As a believer, when I reflect on Galatians 3:23, I feel a profound invitation to consider the relationship between the law and faith in Christ. In this verse, the Apostle Paul reminds us that before Jesus came into the world, humanity lived under the law, a sort of “tutor” that guided and protected us until faith in Christ could be fully revealed. This means that the law was a preparation so that, when the fullness of the Gospel arrived, people would be ready to embrace it with sincere hearts and deep faith.

This idea is especially meaningful in the doctrine of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints. In our faith, we understand that the law is good and necessary, but it’s only a part of the journey. True spiritual transformation happens when we trust in Christ and allow His grace, rather than mere rules, to guide us. The Book of Mormon also teaches this principle clearly:

> “For it is expedient that an atonement should be made; for according to the great plan of the Eternal God, there must be an atonement made, or else all mankind must unavoidably perish” (Alma 34:9).



This scripture highlights the need for something beyond the law: the atonement of Jesus Christ, which allows us to live by faith and receive His forgiveness.

Below, I reflect on three historical moments in the Church that illustrate this doctrine of faith over law, as well as teachings from President John Taylor that deepen our spiritual understanding.

Example 1: The Migration of the Pioneers to Utah

One of the moments that teaches us the most about faith instead of mere obedience to the law is the migration of the Mormon pioneers to the Salt Lake Valley. When Brigham Young and other Church leaders invited members to embark on this journey, it wasn’t just about obeying a command—it was about doing so with faith and sacrifice. These Saints faced one challenge after another: extreme cold, lack of food, and dangers along the way. Yet, they pressed forward not out of obligation, but because they deeply hoped that God was preparing a place of peace for them.

Quote from President John Taylor:
“The power we have in the Church today, in all its forms, is due to our faith in God and our obedience to His laws. The law is our guide, but faith in Christ is our strength.”

As I remember their example, I think about my own trials and challenges. These pioneers didn’t just rely on rules; they relied on their faith in Jesus Christ. Every sacrifice they made was an offering to Him and a demonstration of their love and trust in His redeeming power.

Example 2: The Restoration of the Priesthood

Another fundamental event in the history of our Church that illustrates the supremacy of faith in Christ over mere obedience to the law is the restoration of the priesthood. Joseph Smith received the keys of the priesthood from heavenly messengers, which was not just a new law or structure but the power to draw closer to God and bless one another. Through the priesthood, we receive the ordinances necessary for our salvation, such as baptism and confirmation, both grounded in our faith in Jesus Christ.

> “And now, my beloved brethren, I would exhort you to come unto Christ, and lay hold upon every good gift, and touch not the evil gift, nor the unclean thing” (Jacob 4:11).



This passage calls us to accept the coming of Christ and to reconcile ourselves to Him, which goes beyond any law. The restoration of the priesthood allows us to live the doctrine of faith, being instruments in God’s hands to bless others.

Quote from President John Taylor:
“The priesthood is not merely an organization; it is the power of God on Earth. It enables us to do His work with faith and love.”

Example 3: The Law of Consecration in Kirtland

In Kirtland, the early members of the Church attempted to live the law of consecration, which taught them to share their goods for the common good. However, many found that true consecration required much more than fulfilling a specific commandment. It required faith in Christ, trust in His promises, and humility to surrender their hearts. Some were able to live this law, while others struggled because full consecration meant having active faith that God would provide and care for them.

Quote from President John Taylor:
“True consecration is not giving your goods but giving your heart and will to God.”

As I reflect on this period, I feel this lesson applies to our lives today. Consecration is much more than donating or following rules; it’s offering our will to God, trusting in His love and care. It’s living our faith in Christ not just as a set of rules but as a relationship of total surrender.

Applying Galatians 3:23 in Our Lives

Galatians 3:23 reminds me that the law is a “tutor” that leads us to Christ but is not the end. The law is our guide, but Christ is our strength and Savior. When we understand this, we realize that obedience is important, but love and faith in Jesus Christ must be at the foundation of everything. The law ultimately helps direct us to Him and protects us, but true transformation happens when we live and love our Savior.

In our own lives, we face many rules and commandments, but we must remember that they prepare and strengthen us to fully live our faith in Jesus Christ. When we understand this, we feel our hearts fill with peace and purpose. As President John Taylor expressed, “The law is our guide, but faith in Christ is our strength.”


Reflexión: Gálatas 3:23 y Su Doctrina en Nuestra Vida




Versículo Clave: Gálatas 3:23
"Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada."

Como creyente, al reflexionar en Gálatas 3:23, siento una profunda invitación a pensar en la relación entre la ley y la fe en Cristo. En este versículo, el apóstol Pablo nos recuerda que antes de que Jesús viniera al mundo, la humanidad vivía bajo la ley, una especie de “tutor” que guiaba y protegía hasta que la fe en Cristo fuera plenamente revelada. Esto significa que la ley era una preparación para que, cuando llegara la plenitud del Evangelio, la gente estuviera lista para abrazarla con un corazón sincero y una fe profunda.

Esta idea es especialmente significativa en la doctrina de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. En nuestra fe, entendemos que la ley es buena y necesaria, pero solo es una parte del camino. La verdadera transformación espiritual ocurre cuando confiamos en Cristo y permitimos que su gracia, y no solo las reglas, nos guíe. El Libro de Mormón también nos enseña este principio claramente:

> "Porque es preciso que haya una expiación; porque conforme al gran plan del Dios Eterno, debe llevarse a efecto una expiación; o de otro modo, toda la humanidad tiene que perecer" (Alma 34:9).



Esta escritura destaca la necesidad de algo más allá de la ley: la expiación de Jesucristo, que nos permite vivir por la fe y recibir su perdón.

A continuación, reflexiono sobre tres momentos históricos en la Iglesia que ilustran esta doctrina de la fe sobre la ley, así como algunas enseñanzas del Presidente John Taylor que fortalecen nuestra comprensión espiritual.

Ejemplo 1: La Migración de los Pioneros a Utah

Uno de los momentos que más nos enseñan sobre la fe en lugar de simplemente la obediencia a la ley es la migración de los pioneros mormones al Valle del Lago Salado. Cuando Brigham Young y otros líderes de la Iglesia invitaron a los miembros a emprender este viaje, no se trataba solo de obedecer una orden, sino de hacerlo con fe y sacrificio. Estos Santos enfrentaron un desafío tras otro: frío extremo, falta de alimentos y peligros en el camino. Sin embargo, siguieron adelante no por obligación, sino porque tenían la profunda esperanza de que Dios estaba preparando un lugar de paz para ellos.

Cita del Presidente John Taylor:
“El poder que tenemos en la Iglesia hoy, en todas sus formas, se debe a nuestra fe en Dios y nuestra obediencia a sus leyes. La ley es nuestra guía, pero la fe en Cristo es nuestra fuerza.”

Al recordar su ejemplo, pienso en mis propias pruebas y dificultades. Estos pioneros no se apoyaron solo en reglas, sino en su fe en Jesucristo. Cada sacrificio que hicieron fue una ofrenda a Él y una muestra de su amor y confianza en su poder redentor.

Ejemplo 2: La Restauración del Sacerdocio

Otro acontecimiento fundamental en la historia de nuestra Iglesia que ilustra la supremacía de la fe en Cristo sobre la mera obediencia a la ley es la restauración del sacerdocio. José Smith recibió las llaves del sacerdocio de mensajeros celestiales, lo cual no fue solo una nueva ley o estructura, sino el poder para acercarnos a Dios y bendecirnos unos a otros. A través del sacerdocio, recibimos las ordenanzas que necesitamos para nuestra salvación, como el bautismo y la confirmación, ambas basadas en nuestra fe en Jesucristo.

> “Y asimismo os exhorto, hermanos míos, a que no neguéis más la venida de Cristo; que no contendáis más contra el Espíritu Santo, sino que recibáis a Cristo y os reconciliéis con Dios” (Jacob 4:11).



Este pasaje nos llama a aceptar la venida de Cristo y a reconciliarnos con Él, lo cual va más allá de cualquier ley. La restauración del sacerdocio nos permite vivir la doctrina de la fe, siendo instrumentos en las manos de Dios para bendecir a otros.

Cita del Presidente John Taylor:
“El sacerdocio no es solo una organización; es el poder de Dios en la Tierra. Nos da la habilidad de hacer su obra con fe y amor.”

Ejemplo 3: La Ley de Consagración en Kirtland

En Kirtland, los primeros miembros de la Iglesia intentaron vivir la ley de consagración, que les enseñaba a compartir sus bienes por el bien común. Sin embargo, muchos descubrieron que la verdadera consagración requería mucho más que cumplir con un mandamiento específico. Requería fe en Cristo, confianza en sus promesas y humildad para entregar sus corazones. Algunos lograron vivir esta ley, mientras que otros lucharon, porque consagrarse plenamente significaba tener fe activa en que Dios proveería y cuidaría de ellos.

Cita del Presidente John Taylor:
“La verdadera consagración no es dar tus bienes, sino dar tu corazón y voluntad a Dios.”

Al reflexionar sobre este periodo, siento que esta lección también aplica a nuestras vidas hoy. La consagración es mucho más que donar o cumplir normas; es ofrecerle a Dios nuestra voluntad, confiando en su amor y cuidado. Es vivir nuestra fe en Cristo, no solo como una serie de reglas, sino como una relación de entrega total.

Aplicando Gálatas 3:23 en Nuestras Vidas

Gálatas 3:23 me recuerda que la ley es un “tutor” que nos lleva a Cristo, pero no es el fin. La ley es nuestra guía, pero Cristo es nuestra fortaleza y salvador. Cuando entendemos esto, comprendemos que la obediencia es importante, pero el amor y la fe en Jesucristo deben ser el cimiento de todo. La ley, en última instancia, nos ayuda a orientarnos hacia Él y nos protege, pero la verdadera transformación ocurre cuando vivimos y amamos a nuestro Salvador.

En nuestras propias vidas, enfrentamos muchas reglas y mandamientos, pero no debemos perder de vista que estos nos preparan y fortalecen para vivir plenamente la fe en Jesucristo. Cuando comprendemos esto, sentimos que nuestro corazón se llena de paz y propósito. Como lo expresó el Presidente John Taylor, “La ley es nuestra guía, pero la fe en Cristo es nuestra fuerza.”


Tuesday, November 5, 2024

Mateo 11:29 es una hermosa invitación de Jesucristo que resuena profundamente con la doctrina cristiana


Mateo 11:29 es una hermosa invitación de Jesucristo que resuena profundamente con la doctrina cristiana: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.” En este versículo, Cristo ofrece un camino hacia la paz y la realización espiritual, instándonos a aprender de Su ejemplo de humildad y mansedumbre. Esta doctrina de aprender de la mansedumbre de Cristo y aceptar Su guía es fundamental en las enseñanzas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que subraya el discipulado, la humildad y la búsqueda de la paz interior a través de la obediencia y la fe.

Comprendiendo la Doctrina en Mateo 11:29

El “yugo” simboliza una carga compartida, una que llevamos en asociación con Cristo. Cuando tomamos Su yugo sobre nosotros, no caminamos solos por el viaje de la vida, sino con Su guía y apoyo. El yugo se convierte en una fuente de fortaleza en lugar de una restricción, permitiéndonos avanzar con dirección, amor y paz. Al aprender de Su mansedumbre, nos esforzamos por ser gentiles, compasivos y humildes, cualidades que nos acercan a Él y alivian las dificultades que encontramos.

La frase “y hallaréis descanso para vuestras almas” sugiere que la verdadera paz y el consuelo vienen solo cuando nos alineamos con Cristo y Sus enseñanzas. Esta paz no es la ausencia de dificultades, sino una resiliencia y serenidad internas que provienen de tener fe en Él.

Contexto Histórico en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

La doctrina de aprender de Cristo y tomar Su yugo ha sido un pilar en la historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Aquí hay tres eventos históricos donde este principio ha jugado un papel significativo:

1. La Primera Visión y el Establecimiento de la Verdad
En 1820, un joven José Smith oró en busca de guía y recibió lo que ahora se conoce como la Primera Visión. Esta notable experiencia sentó las bases para el evangelio restaurado. El encuentro de José con el Padre Celestial y Jesucristo fue un testimonio de que, al igual que Cristo en Mateo 11:29, no estamos solos. Al aprender del ejemplo de Cristo, José aceptó el “yugo” de difundir el evangelio restaurado, incluso frente a la persecución. Esto marcó el comienzo de una jornada para establecer las enseñanzas de Cristo en la tierra nuevamente e invitar a otros a encontrar “descanso” al asumir el yugo del discipulado.


2. El Éxodo de los Santos a Occidente
En 1846, enfrentando persecución y expulsión de sus hogares, los Santos de los Últimos Días se vieron obligados a abandonar Nauvoo, Illinois. El viaje hacia el oeste fue agotador y lleno de dificultades. Sin embargo, los pioneros demostraron su fe al tomar el yugo de Cristo sobre ellos. Encontraron descanso espiritual incluso en medio de desafíos físicos, extrayendo fortaleza de su unidad y fe en las enseñanzas de Cristo. Su travesía hacia el Valle del Lago Salado sigue siendo un ejemplo inspirador de resistencia y resiliencia, arraigado en la invitación de Cristo a aprender de Su mansedumbre.


3. Construcción del Templo de Salt Lake
Otro momento crucial en la historia de la Iglesia es la construcción del Templo de Salt Lake. La obra comenzó en 1853 y tomó 40 años en completarse. Para los primeros Santos, esta tarea simbolizaba tomar sobre sí el yugo de Cristo, aceptando la responsabilidad de construir un lugar de adoración y santuario. El templo era un lugar de “descanso” espiritual para los Santos, donde podían sentir la cercanía de Dios. Su compromiso con este proyecto muestra cómo abrazar las enseñanzas de Cristo y seguir Su ejemplo lleva a la realización y la paz.



Escrituras de Apoyo en el Libro de Mormón

Dos escrituras en el Libro de Mormón validan las enseñanzas de Mateo 11:29 y refuerzan la invitación a aprender de Cristo y encontrar paz al seguirlo.

1. Alma 37:36-37
“Consulta al Señor en todos tus hechos, y él te dirigirá para bien; sí, cuando te acuestes de noche, acuéstate para el Señor, para que él te cuide en tus sueños; y cuando te levantes por la mañana, deja que tu corazón esté lleno de gratitud hacia Dios.”
Estos versículos nos recuerdan la importancia de alinear nuestros corazones y mentes con la voluntad de Dios. Al consultar con Él y confiar en Su guía, tomamos sobre nosotros el “yugo” del discipulado, que a su vez nos trae paz y dirección.


2. Mosíah 24:14-15
“Y también aliviaré las cargas que se pongan sobre vuestros hombros, de modo que ni siquiera las podréis sentir sobre vuestras espaldas... y esto haré para que podáis quedar como testigos de mí en lo futuro, y para que sepáis con certeza que yo, el Señor Dios, visito a mi pueblo en sus aflicciones.”
En este pasaje, el Señor asegura a Su pueblo que Él les ayudará a llevar sus cargas, reflejando la promesa de Mateo 11:29. Al confiar en Él, encontramos la fortaleza para soportar y la certeza de que no estamos solos.



Citas de Presidentes de los EE.UU. que Reflejan la Doctrina

1. George Washington
“Es imposible gobernar rectamente una nación sin Dios y la Biblia.”
Las palabras de Washington destacan la importancia de confiar en las enseñanzas de Dios para guiarnos, un concepto que se alinea con el tomar sobre nosotros el yugo de Cristo y encontrar dirección en Su consejo.


2. Abraham Lincoln
“Muchas veces he sido impulsado a arrodillarme por la abrumadora convicción de que no tenía adónde más ir.”
La humildad de Lincoln y su dependencia en Dios durante tiempos de prueba reflejan la doctrina en Mateo 11:29. Al igual que Cristo, él reconoció la necesidad de recurrir a Dios para recibir apoyo y guía, encontrando paz en su dependencia en la fuerza divina.


3. Ronald Reagan
“Sin Dios, no hay virtud porque no hay estímulo para la conciencia... sin Dios, estamos atrapados en lo material.”
La reflexión de Reagan sobre la importancia de Dios en guiar nuestras vidas refleja el llamado de Cristo a aprender de Él. Subraya que el verdadero descanso y la virtud se encuentran al seguir principios divinos en lugar de meramente buscar objetivos terrenales.



Abrazando la Invitación de Cristo en la Vida Diaria

Mateo 11:29 nos llama a una vida de discipulado humilde, donde aprender del ejemplo de Cristo se convierte en nuestro camino hacia la paz. Las experiencias históricas de los primeros Santos demuestran que seguir las enseñanzas de Cristo, incluso en tiempos de dificultad, trae fortaleza interior y unidad. El Libro de Mormón y otras escrituras cristianas apoyan esta doctrina, recordándonos la importancia de alinearnos con Dios y de abrazar las bendiciones que vienen con tomar sobre nosotros el yugo de Cristo.

A medida que avanzamos en nuestras propias vidas, podemos encontrar consuelo al saber que aprender de la mansedumbre de Cristo y caminar en Sus caminos nos llevará a una paz duradera. El yugo del discipulado, en lugar de ser una carga, es una bendición que nos guía a través de las dificultades de la vida, ofreciéndonos descanso y seguridad. Esta doctrina no solo es un fundamento de fe, sino una invitación a la acción: caminar con Cristo, encontrar descanso en Sus promesas y, como los Santos de antaño, extraer fortaleza de Su amor y ejemplo.


Matthew 11:29 is a beautiful invitation from Jesus Christ that resonates deeply with Christian doctrine


Matthew 11:29 is a beautiful invitation from Jesus Christ that resonates deeply with Christian doctrine: “Take my yoke upon you, and learn of me; for I am meek and lowly in heart: and ye shall find rest unto your souls.” In this verse, Christ offers a pathway to peace and spiritual fulfillment, urging us to learn from His example of humility and gentleness. This doctrine of learning from Christ’s meekness and accepting His guidance is central to the teachings of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, which underscores discipleship, humility, and the pursuit of inner peace through obedience and faith.

Understanding the Doctrine in Matthew 11:29

The “yoke” symbolizes a shared burden, one we take on in partnership with Christ. When we take His yoke upon us, we don’t walk life’s journey alone but rather with His guidance and support. The yoke becomes a source of strength rather than restriction, allowing us to move forward in life with direction, love, and peace. By learning from His meekness, we strive to be gentle, compassionate, and humble—qualities that ultimately bring us closer to Him and ease the struggles we encounter.

The phrase “and ye shall find rest unto your souls” suggests that true peace and comfort come only when we align ourselves with Christ and His teachings. This peace is not the absence of difficulty but rather an internal resilience and serenity that come from having faith in Him.

Historical Context from the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints

The doctrine of learning from Christ and taking on His yoke has been a cornerstone in the history of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints. Here are three historical events where this principle has played a significant role:

1. The First Vision and the Establishment of Truth
In 1820, a young Joseph Smith prayed for guidance and received what is now known as the First Vision. This remarkable experience laid the foundation for the restored gospel. Joseph’s encounter with Heavenly Father and Jesus Christ was a testimony that, like Christ in Matthew 11:29, we are not alone. In learning from Christ’s example, Joseph accepted the "yoke" of spreading the restored gospel, even in the face of persecution. This marked the beginning of a journey to establish Christ’s teachings on earth again and to invite others to find “rest” by taking on the yoke of discipleship.


2. The Early Saints’ Trek to the West
In 1846, facing persecution and expulsion from their homes, the Latter-day Saints were forced to leave Nauvoo, Illinois. The journey westward was grueling and came with immense hardship. However, the pioneers demonstrated their faith by taking Christ’s yoke upon them. They found spiritual rest even amid physical challenges, drawing strength from their unity and faith in Christ’s teachings. Their trek to Salt Lake Valley remains an inspiring example of endurance and resilience, rooted in Christ’s invitation to learn from His meekness.


3. Building the Salt Lake Temple
Another pivotal moment in Church history is the construction of the Salt Lake Temple. Work on the temple began in 1853 and took 40 years to complete. For early Saints, this task symbolized taking on Christ’s yoke—accepting responsibility to build a place of worship and sanctuary. The temple was a place of spiritual “rest” for the Saints, where they could feel closer to God. Their commitment to this project shows how embracing Christ’s teachings and following His example leads to fulfillment and peace.



Supporting Scriptures from the Book of Mormon

Two scriptures from the Book of Mormon validate the teachings in Matthew 11:29 and reinforce the invitation to learn from Christ and find peace in following Him.

1. Alma 37:36-37
“Counsel with the Lord in all thy doings, and he will direct thee for good; yea, when thou liest down at night lie down unto the Lord, that he may watch over you in your sleep; and when thou risest in the morning let thy heart be full of thanks unto God.”
These verses remind us of the importance of aligning our hearts and minds with God’s will. As we counsel with Him and rely on His guidance, we take on the “yoke” of discipleship, which in turn brings us peace and direction.


2. Mosiah 24:14-15
“And I will also ease the burdens which are put upon your shoulders, that even you cannot feel them upon your backs...and this will I do that ye may stand as witnesses for me hereafter, and that ye may know of a surety that I, the Lord God, do visit my people in their afflictions.”
In this passage, the Lord reassures His people that He will help them carry their burdens, echoing the promise of Matthew 11:29. By trusting in Him, we find the strength to endure and the assurance that we are not alone.



Quotes from U.S. Presidents Reflecting the Doctrine

1. George Washington
“It is impossible to rightly govern a nation without God and the Bible.”
Washington’s words highlight the importance of relying on God’s teachings to lead us, a concept that aligns with taking on Christ’s yoke and finding direction in His counsel.


2. Abraham Lincoln
“I have been driven many times to my knees by the overwhelming conviction that I had nowhere else to go.”
Lincoln’s humility and dependence on God during times of trial reflect the doctrine in Matthew 11:29. Like Christ, he recognized the need to turn to God for support and guidance, finding peace in his reliance on divine strength.


3. Ronald Reagan
“Without God, there is no virtue because there’s no prompting of the conscience...without God, we’re mired in the material.”
Reagan’s reflection on the importance of God in guiding our lives mirrors Christ’s call to learn from Him. It underscores that true rest and virtue are found in following divine principles rather than merely earthly pursuits.



Embracing Christ’s Invitation in Daily Life

Matthew 11:29 calls us to a life of humble discipleship, where learning from Christ’s example becomes our path to peace. The historical experiences of the early Saints demonstrate that following Christ’s teachings, even in times of hardship, brings inner strength and unity. The Book of Mormon and other Christian scriptures support this doctrine, reminding us of the importance of aligning ourselves with God and embracing the blessings that come with taking on Christ’s yoke.

As we move forward in our own lives, we can take comfort in the knowledge that learning from Christ’s meekness and walking in His ways will lead us to lasting peace. The yoke of discipleship, rather than a burden, is a blessing that guides us through life’s difficulties, offering us rest and reassurance. This doctrine is not only a foundation of faith but a call to action—to walk with Christ, find rest in His promises, and, like the Saints of old, draw strength from His love and example.


Sunday, November 3, 2024

Santiago 1:5


Santiago 1:5 es una poderosa escritura que ha moldeado profundamente la historia y las enseñanzas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Iglesia SUD). Este versículo dice: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” Esta invitación a buscar orientación y entendimiento directamente de Dios ha inspirado a innumerables personas a recurrir a la oración en busca de respuestas, dando lugar a momentos transformadores tanto en vidas personales como en la historia de la Iglesia. En este blog, exploraremos la importancia de Santiago 1:5 y presentaremos tres ejemplos históricos en la Iglesia donde este pasaje jugó un papel fundamental, junto con dos citas de presidentes recientes de la Iglesia que destacan la importancia continua de buscar guía divina.

1. La Primera Visión: La revelación de José Smith

El ejemplo más famoso de la aplicación de Santiago 1:5 en la historia SUD es la experiencia de José Smith, el profeta fundador de la Iglesia. En 1820, un joven José estaba luchando con preguntas sobre a qué iglesia unirse. En ese momento, estaba rodeado de una variedad de denominaciones, cada una afirmando ser el verdadero camino hacia Dios. Confundido e inseguro, recurrió a la Biblia en busca de orientación y se encontró con Santiago 1:5. El versículo resonó profundamente en él, y decidió actuar en consecuencia orando a Dios para pedir sabiduría.

En respuesta a esta oración sincera, José experimentó lo que ahora se conoce como la Primera Visión. Él relató haber visto a Dios el Padre y a Su Hijo, Jesucristo, quienes le instruyeron que no se uniera a ninguna de las iglesias existentes. Esta revelación marcó el inicio de la Iglesia SUD y sentó las bases para la restauración del evangelio. Este ejemplo ilustra que Santiago 1:5 alienta a los creyentes a confiar en que Dios responderá a sus sinceros deseos de guía, lo cual se ha convertido en una piedra angular de las enseñanzas y la historia de la Iglesia.

2. La Traducción del Libro de Mormón

Otro momento significativo en la historia SUD relacionado con Santiago 1:5 fue la traducción del Libro de Mormón. Después de la Primera Visión, José fue guiado a descubrir y traducir antiguos registros inscritos en planchas de oro. Estos registros, conocidos posteriormente como el Libro de Mormón, estaban escritos en un idioma desconocido, lo que representaba un desafío monumental para el joven profeta. José, que tenía poca educación formal, necesitaba ayuda divina para cumplir con esta tarea.

Durante todo el proceso de traducción, José se apoyó constantemente en la oración y buscó la guía de Dios para comprender el significado del texto antiguo. Un caso particular fue la pérdida del manuscrito inicial de la traducción. Cuando José perdió las 116 páginas que había confiado a Martin Harris, recurrió a Dios en busca de entendimiento y perdón. Su fe en que Dios continuaría guiándolo le permitió seguir con la traducción y eventualmente completarla. Esta dependencia de la guía divina, basada en el principio expresado en Santiago 1:5, subraya la importancia de pedir sabiduría a Dios en tiempos de dificultad e incertidumbre.

3. La Migración a Utah: La visión de Brigham Young

A mediados del siglo XIX, la creciente comunidad SUD enfrentaba una severa persecución y dificultades. Tras el martirio de José Smith, los Santos fueron expulsados de Nauvoo, Illinois, y se enfrentaban a un futuro incierto. Brigham Young, quien sucedió a José Smith como líder de la Iglesia, oró intensamente para recibir guía sobre dónde debían asentarse los Santos para encontrar paz y establecer su fe.

Brigham Young lideró a los Santos a través de las llanuras de los Estados Unidos hasta lo que ahora es Utah. Al llegar al Valle del Lago Salado, supuestamente declaró: “Este es el lugar”. La determinación de Brigham de buscar la guía de Dios durante la travesía de los Santos hacia el oeste estaba arraigada en la enseñanza de Santiago 1:5. Su fe y disposición a confiar en la sabiduría de Dios resultaron en el establecimiento de una comunidad próspera y en la sede de la Iglesia en Utah, donde los miembros pudieron adorar y vivir de acuerdo con sus creencias. Este movimiento, inspirado en el compromiso de buscar el consejo divino, se convirtió en un capítulo esencial en la historia de la Iglesia.

Enseñanzas Modernas sobre Santiago 1:5

El principio enseñado en Santiago 1:5—buscar sabiduría de Dios—es continuamente enfatizado por los líderes actuales de la Iglesia, quienes animan a los miembros a desarrollar una relación personal con Dios a través de la oración. Dos presidentes recientes de la Iglesia han brindado enseñanzas que subrayan la importancia de buscar sabiduría divina.

1. Presidente Russell M. Nelson sobre la revelación personal: El presidente Nelson, quien asumió la presidencia de la Iglesia en 2018, ha enfatizado frecuentemente la importancia de la revelación personal. En un discurso importante en 2018, él declaró:

> “En los días venideros, no será posible sobrevivir espiritualmente sin la guía, dirección, consuelo e influencia constante del Espíritu Santo.”



Las palabras del presidente Nelson reflejan el principio en Santiago 1:5, destacando que cada persona puede recibir guía personal de Dios para enfrentar los desafíos de la vida. Su énfasis en la necesidad de la revelación personal es un recordatorio de que, al igual que José Smith y Brigham Young, los miembros de la Iglesia hoy pueden recibir dirección divina al pedir sinceramente sabiduría.

2. Presidente Thomas S. Monson sobre el poder de la oración: El presidente Monson, quien sirvió como presidente de la Iglesia antes del presidente Nelson, también enseñó extensamente sobre la oración y la búsqueda de sabiduría de Dios. Él dijo una vez:

> “El que nota la caída del gorrión seguramente escucha los ruegos de nuestro corazón.”



Las palabras del presidente Monson nos recuerdan que Dios es consciente de las luchas y preocupaciones de cada persona. Su enseñanza, basada en Santiago 1:5, enfatiza que Dios está dispuesto y es capaz de responder nuestras oraciones. El presidente Monson alentaba constantemente a los miembros a recurrir a Dios en tiempos de duda, tal como lo hizo José Smith cuando leyó Santiago 1:5 y buscó respuestas a través de la oración.

Conclusión

El consejo que se encuentra en Santiago 1:5 ha demostrado ser intemporal en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Dias, inspirando eventos fundamentales en la historia de la Iglesia y moldeando sus enseñanzas hasta hoy. Desde la Primera Visión de José Smith y la traducción del Libro de Mormón hasta la decisión de Brigham Young de liderar a los Santos hacia el oeste, cada ejemplo demuestra cómo la guía divina llega a quienes la buscan sinceramente. Las enseñanzas de profetas modernos como los presidentes Nelson y Monson reiteran que Dios siempre está dispuesto a dar sabiduría abundantemente a quienes la pidan.

Santiago 1:5 es más que una invitación a buscar conocimiento; es un llamado a construir fe, a buscar revelación personal y a confiar en Dios en cada aspecto de la vida. La Iglesia SUD, construida sobre esta base, enseña a sus miembros que la sabiduría de Dios está disponible para todos aquellos que sinceramente la busquen. Para los miembros y los buscadores por igual, esta escritura ofrece una poderosa seguridad: Dios escucha, responde y guía, tal como lo ha hecho a lo largo de la historia.


James 1:5



James 1:5 is a powerful scripture that has shaped the history and teachings of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints in profound ways. The verse reads, "If any of you lack wisdom, let him ask of God, that giveth to all men liberally, and upbraideth not; and it shall be given him." This invitation to seek guidance and understanding directly from God has inspired countless people to turn to prayer in search of answers, leading to transformative moments in both personal lives and the history of the LDS Church. This blog will explore the significance of James 1:5 and provide three historical examples in the Church where this scripture played a pivotal role, along with two quotes from recent presidents of the Church to highlight the continued importance of seeking divine guidance.

1. The First Vision: Joseph Smith's Revelation

The most famous example of applying James 1:5 in LDS history is the experience of Joseph Smith, the founding prophet of the Church. In 1820, a young Joseph was struggling with questions about which church to join. At the time, he was surrounded by a variety of denominations, each claiming to be the true path to God. Confused and unsure, he turned to the Bible for guidance and came across James 1:5. The verse resonated with him deeply, and he decided to act on it by praying for wisdom directly from God.

In response to this humble prayer, Joseph experienced what is now known as the First Vision. He reported seeing God the Father and His Son, Jesus Christ, who instructed him not to join any of the existing churches. This revelation marked the beginning of the LDS Church and laid the foundation for the restoration of the gospel. This example illustrates that James 1:5 encourages believers to trust that God will respond to their sincere desires for guidance, which has become a cornerstone of the Church's teachings and history.

2. The Translation of the Book of Mormon

Another significant moment in LDS history involving James 1:5 was the translation of the Book of Mormon. After the First Vision, Joseph was led to discover and translate ancient records inscribed on gold plates. These records, later known as the Book of Mormon, were written in an unknown language, which presented a monumental challenge to the young prophet. Joseph, who had little formal education, needed divine help to fulfill this task.

Throughout the translation process, Joseph consistently relied on prayer and sought the guidance of God to understand the meaning of the ancient text. One particular instance involved the loss of the initial translation manuscript. When Joseph lost the 116 pages entrusted to Martin Harris, he turned to God, seeking understanding and forgiveness. His faith that God would continue to guide him allowed him to continue with the translation and eventually complete it. This reliance on direct divine guidance, rooted in the principle expressed in James 1:5, underscores the importance of asking God for wisdom in times of difficulty and doubt.

3. The Move to Utah: Brigham Young’s Vision

In the mid-19th century, the growing LDS community faced severe persecution and hardship. After the martyrdom of Joseph Smith, the Saints were driven out of Nauvoo, Illinois, and faced an uncertain future. Brigham Young, who had succeeded Joseph Smith as the leader of the Church, prayed earnestly for guidance about where the Saints should settle to find peace and establish their faith.

Brigham Young led the Saints across the plains of the United States to what is now Utah. When he reached the Salt Lake Valley, he reportedly declared, "This is the place." Brigham’s determination to seek God’s guidance during the Saints' journey westward was grounded in the teaching of James 1:5. His faith and willingness to trust in God’s wisdom resulted in the establishment of a thriving community and headquarters for the Church in Utah, where members could freely worship and live according to their beliefs. This move, inspired by a commitment to seeking divine counsel, became an essential chapter in the Church's history.

Modern Teachings on James 1:5

The principle taught in James 1:5—to seek wisdom from God—is continually emphasized by modern Church leaders, who encourage members to develop a personal relationship with God through prayer. Two recent presidents of the Church have provided insights that underscore the importance of seeking divine wisdom.

1. President Russell M. Nelson on Personal Revelation: President Nelson, who became the president of the Church in 2018, has frequently emphasized the importance of personal revelation. In a landmark talk in 2018, he stated:

> “In coming days, it will not be possible to survive spiritually without the guiding, directing, comforting, and constant influence of the Holy Ghost.”



President Nelson’s words reflect the principle in James 1:5, highlighting that each person can receive personal guidance from God to navigate the challenges of life. His emphasis on the necessity of personal revelation is a reminder that, like Joseph Smith and Brigham Young, members of the Church today can receive divine direction by earnestly asking for wisdom.

2. President Thomas S. Monson on the Power of Prayer: President Monson, who served as the president of the Church before President Nelson, also taught extensively about prayer and seeking wisdom from God. He once said:

> “He who notes the sparrow’s fall surely hears the pleadings of our hearts.”



President Monson’s words remind us that God is aware of each person’s struggles and concerns. His teaching, rooted in James 1:5, emphasizes that God is both willing and able to answer our prayers. President Monson frequently encouraged members to turn to God in times of doubt, just as Joseph Smith did when he read James 1:5 and sought answers through prayer.

Conclusion

The counsel found in James 1:5 has proven timeless in the LDS Church, inspiring foundational events in the Church's history and continuing to shape its teachings today. From Joseph Smith’s First Vision and the translation of the Book of Mormon to Brigham Young’s decision to lead the Saints west, each example demonstrates how divine guidance comes to those who earnestly seek it. The teachings of modern prophets like Presidents Nelson and Monson reiterate that God is always ready to give wisdom liberally to those who ask.

James 1:5 is more than just an invitation to seek knowledge—it’s a call to build faith, to seek personal revelation, and to rely on God in every aspect of life. The LDS Church, built on this foundation, teaches its members that wisdom from God is available to all who sincerely seek it. For members and seekers alike, this scripture offers a powerful assurance: God listens, answers, and guides, just as He has throughout history.