En nuestra jornada por la vida, como seguidores de Jesucristo, hay una meta que siempre debe guiar nuestras acciones y decisiones: agradar al Señor. El apóstol Pablo, en 2 Corintios 5:9, nos enseña una verdad fundamental:
> “Por tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.”
Este versículo nos invita a reflexionar sobre nuestras prioridades y esfuerzos. ¿Estamos realmente procurando agradar a Dios en todo momento y lugar?
Agradar a Dios: Una Meta Eterna
El evangelio de Jesucristo nos enseña que nuestra existencia no se limita a este mundo. Vivimos sabiendo que un día estaremos ante la presencia de nuestro Padre Celestial. Este conocimiento debe motivarnos a vivir con intención, esforzándonos por alinear nuestras acciones con Su voluntad.
El presidente Gordon B. Hinckley, en una conferencia general en abril de 1997, dijo desde Salt Lake City:
> “El Señor espera que seamos un pueblo íntegro, honesto y fiel, en todo momento y en todo lugar, incluso cuando nadie nos ve.”
Esta declaración resalta que agradar al Señor no se trata solo de grandes acciones públicas, sino también de pequeños actos privados de obediencia y bondad.
Nuestro Propósito Diario
A veces, en la rutina diaria, podemos olvidar esta meta espiritual. Trabajamos, estudiamos, cuidamos de nuestras familias y enfrentamos desafíos. Sin embargo, cada tarea, por sencilla que sea, puede convertirse en un acto de devoción si lo hacemos con un corazón dispuesto a agradar a Dios.
El presidente Thomas S. Monson, en octubre de 2008, desde el Centro de Conferencias en Salt Lake City, expresó:
> “Cuando servimos al Señor con amor y dedicación, nuestras cargas se hacen ligeras y nuestras almas encuentran gozo.”
Servir a Dios no es una carga, sino una oportunidad para encontrar paz y propósito.
Cómo Vivir para Agradar al Señor
1. Oración Constante: Hablar con Dios diariamente nos ayuda a mantenernos conectados con Su voluntad.
2. Obediencia a Sus Mandamientos: La obediencia es una muestra tangible de nuestro amor y devoción.
3. Servicio a los Demás: A través del servicio, seguimos el ejemplo de Cristo y agradamos a Dios.
4. Estudio de las Escrituras: La palabra de Dios nos guía y nos inspira a vivir de acuerdo con Sus enseñanzas.
El Libro de Mormón también refuerza esta enseñanza. En Mosíah 2:17, el rey Benjamín nos recuerda:
> “Cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, solo estáis al servicio de vuestro Dios.”
Un Llamado Personal
Al esforzarnos por agradar al Señor, no solo honramos a nuestro Creador, sino que también encontramos gozo en esta vida y esperanza en la eternidad. Cada día es una nueva oportunidad para renovar nuestro compromiso y demostrar, a través de nuestras acciones, que somos discípulos de Cristo.
Pido al Señor que me ayude a mantener esta meta en mi corazón y que me guíe en cada decisión. Al esforzarme por serle agradable, espero inspirar a otros a hacer lo mismo. Como Pablo dijo, sea que estemos “ausentes o presentes,” que siempre seamos fieles en nuestro deseo de agradarle.
¿Y tú? ¿Qué harás hoy para agradar al Señor?
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