En la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, las reuniones de conferencia —ya sean generales, de estaca o de barrio— ocupan un lugar central en nuestra vida espiritual. Estas reuniones no son simples eventos sociales o culturales; son oportunidades sagradas para recibir revelación, fortalecer nuestro testimonio y renovar nuestros convenios con Dios. Sin embargo, en un mundo cada vez más ocupado y distraído, algunos miembros pueden verse tentados a restarle importancia a estas reuniones, considerándolas opcionales o prescindibles. Este enfoque no solo debilita nuestra conexión con el Espíritu, sino que también contradice las normas del Evangelio y los principios enseñados por las Escrituras y los profetas modernos.
En este blog, exploraremos por qué asistir a las reuniones de conferencia es esencial para vivir plenamente el Evangelio de Jesucristo. Utilizaremos las Escrituras, las enseñanzas de los líderes de la Iglesia y ejemplos prácticos para demostrar que estas reuniones son más que simples eventos: son herramientas divinas para nuestro crecimiento espiritual y nuestra salvación.
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### **1. Las Reuniones de Conferencia como Fuente de Revelación Personal**
Uno de los propósitos principales de las reuniones de conferencia es brindarnos la oportunidad de recibir revelación personal. En Doctrina y Convenios 88:73, el Señor declara: *"Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová"*. Esta escritura nos recuerda que las conferencias son un medio por el cual Dios nos habla a través de Sus siervos autorizados. Cuando asistimos con un corazón preparado, estamos en una posición privilegiada para recibir guía divina.
El élder David A. Bednar enseñó: *"Las conferencias son una época en la que recibimos instrucción y dirección de los siervos del Señor. Pero también son una oportunidad para que el Espíritu nos hable directamente, respondiendo a nuestras preguntas y necesidades personales"* ("La Revelación para la Iglesia, la Revelación para Nuestra Vida", Conferencia General, abril de 2018). Al no asistir a estas reuniones, perdemos la oportunidad de recibir esa revelación personal que podría cambiar el curso de nuestra vida.
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### **2. El Mandamiento de Reunirnos**
Las Escrituras son claras en cuanto a la importancia de reunirnos como santos. En Hebreos 10:25, leemos: *"No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros; y tanto más cuanto veis que aquel día se acerca"*. Este versículo no solo nos insta a asistir a las reuniones, sino que también nos recuerda que nuestra presencia fortalece a los demás. Cuando faltamos, no solo nos privamos de bendiciones, sino que también dejamos de ser una influencia positiva para nuestros hermanos y hermanas.
En Doctrina y Convenios 59:9-10, el Señor enfatiza: *"Y para que más íntegramente te conserves sin mancha del mundo, irás a la casa de oración y ofrecerás tus sacramentos en mi día santo; porque en verdad, este es un día señalado para que descanses de tus obras y rindas tus devociones al Altísimo"*. Este mandamiento incluye las reuniones de conferencia, que son extensiones de nuestra adoración dominical. Al no asistir, estamos desobedeciendo un principio claro del Evangelio.
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### **3. La Importancia de la Unidad en el Evangelio**
Las reuniones de conferencia fomentan la unidad entre los santos. En Mosíah 18:21, Alma enseña: *"Y mandó que no hubiese entre ellos contenciones, sino que mirasen adelante con una sola vista, teniendo una sola fe y un solo bautismo, teniendo sus corazones entrelazados en unidad y en amor el uno hacia el otro"*. Cuando asistimos a las conferencias, nos unimos en fe y propósito con otros miembros de la Iglesia, fortaleciendo así el cuerpo de Cristo.
El presidente Russell M. Nelson ha dicho: *"La unidad es una característica clave de la Iglesia restaurada de Jesucristo. Cuando nos reunimos en conferencia, estamos demostrando nuestra disposición a ser uno en el Señor"* ("El Correo del Corazón", Conferencia General, octubre de 2021). Al faltar a estas reuniones, no solo nos aislamos espiritualmente, sino que también debilitamos la unidad que tanto necesita la Iglesia.
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### **4. Las Conferencias como Herramientas para Fortalecer Nuestro Testimonio**
Las conferencias son una fuente poderosa de fortaleza espiritual. En Romanos 10:17, leemos: *"Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios"*. Cuando escuchamos a los profetas y apóstoles, nuestra fe se fortalece y nuestro testimonio crece. El élder Jeffrey R. Holland enseñó: *"Las conferencias son como un banquete espiritual. Si no asistimos, nos perdemos los nutrientes que necesitamos para sobrevivir en un mundo cada vez más hostil a la fe"* ("Banquetes Espirituales", Conferencia General, abril de 2019).
Además, las conferencias nos ayudan a recordar las verdades eternas que a veces olvidamos en medio de las distracciones del mundo. En 2 Pedro 1:12-13, el apóstol Pedro dice: *"Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis y estéis confirmados en la verdad presente. Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación"*. Las conferencias cumplen esta misma función: nos despiertan espiritualmente y nos recuerdan lo que realmente importa.
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### **5. Las Consecuencias de No Asistir**
El no asistir a las reuniones de conferencia tiene consecuencias espirituales graves. En primer lugar, nos privamos de las bendiciones prometidas a aquellos que obedecen los mandamientos. En Doctrina y Convenios 130:20-21, el Señor explica: *"Hay una ley, irrevocablemente decretada en el cielo antes de la fundación de este mundo, sobre la cual todas las bendiciones se basan; y cuando recibimos una bendición de Dios, es porque se obedece aquella ley sobre la cual se basa"*. Al no asistir, estamos desobedeciendo una ley divina y, por lo tanto, perdiendo las bendiciones asociadas.
En segundo lugar, el no asistir puede llevar a un enfriamiento espiritual. En Apocalipsis 3:15-16, el Señor advierte: *"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca"*. Cuando dejamos de participar activamente en las reuniones de la Iglesia, corremos el riesgo de volvernos tibios en nuestra fe, lo que puede llevarnos a la apostasía.
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### **6. Cómo Sacar el Máximo Provecho de las Conferencias**
Para aprovechar al máximo las reuniones de conferencia, es esencial prepararnos adecuadamente. Aquí hay algunas sugerencias prácticas:
1. **Preparación Espiritual**: Antes de la conferencia, dedica tiempo a la oración y al estudio de las Escrituras. Pide al Señor que te prepare para recibir revelación personal.
2. **Participación Activa**: Durante la conferencia, toma notas y reflexiona sobre cómo las enseñanzas se aplican a tu vida. No te limites a escuchar pasivamente; busca maneras de implementar lo que aprendes.
3. **Seguimiento**: Después de la conferencia, revisa tus notas y comparte lo que has aprendido con tu familia y amigos. Esto te ayudará a retener las enseñanzas y a fortalecer a los demás.
El presidente Henry B. Eyring dijo: *"La conferencia no termina cuando se apagan las cámaras. Es solo el comienzo de un proceso de aprendizaje y aplicación que puede durar toda la vida"* ("Escuchar y Actuar", Conferencia General, octubre de 2017).
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### **Conclusión**
Asistir a las reuniones de conferencia no es solo una buena idea; es un mandamiento divino y una parte esencial de vivir el Evangelio de Jesucristo. Estas reuniones nos brindan revelación personal, fortalecen nuestra fe, fomentan la unidad y nos ayudan a cumplir con nuestros convenios. Al no asistir, no solo nos privamos de estas bendiciones, sino que también desobedecemos las normas del Evangelio.
En un mundo lleno de distracciones y desafíos, las conferencias son un faro de luz y guía. Como dijo el presidente Nelson: *"En un mundo que cambia rápidamente, las conferencias son una constante que nos conecta con el cielo"* ("El Poder de la Conferencia General", Conferencia General, octubre de 2020). Que podamos valorar estas reuniones sagradas y asistir a ellas con gratitud y un corazón dispuesto a recibir la palabra del Señor.
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**Preguntas para Reflexionar**:
1. ¿Cómo ha cambiado tu vida una enseñanza específica que recibiste en una conferencia?
2. ¿Qué puedes hacer para prepararte mejor para la próxima conferencia?
3. ¿De qué manera puedes compartir las enseñanzas de las conferencias con tu familia y amigos?
Te invito a compartir tus experiencias y pensamientos en los comentarios. Juntos, podemos fortalecernos en nuestra fe y compromiso con el Evangelio de Jesucristo.
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