Tuesday, February 18, 2025

El Buen Ánimo en la Adversidad: Confiar en Cristo en los Momentos de Incertidumbre


El Buen Ánimo en la Adversidad: Confiar en Cristo en los Momentos de Incertidumbre

La vida está llena de momentos inesperados. A veces, las pruebas llegan sin previo aviso, y nos encontramos en situaciones donde el dolor, la incertidumbre y el temor parecen envolvernos. Una de esas situaciones ocurre cuando la salud se ve afectada, cuando el cuerpo ya no responde como esperamos y el tiempo parece ralentizarse entre los muros de un hospital.

Pero, en medio de estas pruebas, hay una verdad fundamental que puede sostenernos: la confianza en Cristo lo cambia todo. En cada etapa de la vida, y especialmente en los momentos más oscuros, hay una invitación divina a mantener el buen ánimo, a no desfallecer, a mirar más allá del sufrimiento inmediato y encontrar un propósito en la prueba.

La Promesa de la Paz en Medio del Dolor

Cristo mismo nos dejó una de las declaraciones más poderosas en cuanto a la adversidad:

> "En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33).



La aflicción es parte de la existencia terrenal. No hay vida sin dificultades. Sin embargo, Cristo no solo reconoció esto, sino que nos dio una promesa: en Él podemos encontrar paz, porque Él ha vencido todo lo que este mundo puede lanzarnos.

Piensa en la historia de una madre que cuida de su hijo en una sala de hospital. Los médicos no tienen respuestas claras, los tratamientos no parecen avanzar, y la incertidumbre la consume. Sin embargo, cuando dobla las rodillas y eleva una oración sincera, algo cambia. El problema sigue ahí, pero su corazón se llena de una paz que no proviene del diagnóstico ni de los medicamentos, sino de una fuente mucho más profunda.

Este principio está presente en las Escrituras. En Doctrina y Convenios 121:7-8, el Señor consuela a José Smith en prisión, en circunstancias de extrema adversidad:

> “Hijo mío, paz a tu alma; tu adversidad y tus aflicciones no serán más que por un momento; y entonces, si las sobrellevas bien, Dios te exaltará”.



Esta promesa se extiende a todos. El dolor de hoy no es eterno. La incertidumbre que nubla el presente no define el futuro.

El Buen Ánimo: Un Mandato y una Elección

Mantener el buen ánimo en tiempos difíciles no significa ignorar el dolor o reprimir el sufrimiento. Se trata de encontrar una fuente de fortaleza más grande que las circunstancias. En 2 Nefi 2:11, se nos enseña que en la vida debe haber oposición en todas las cosas. Sin la dificultad, no podríamos conocer la verdadera paz.

Aquí entra en juego la fe. Tener buen ánimo es una elección consciente de confiar en que Dios tiene un propósito incluso en nuestras pruebas. Es reconocer que, aunque el cuerpo sufra, el espíritu puede fortalecerse.

El filósofo colombiano Estanislao Zuleta hablaba sobre la importancia de la resiliencia y cómo el sufrimiento, en lugar de debilitarnos, puede convertirse en una fuente de aprendizaje. Él decía:

> "No hay creatividad sin crisis, como no hay transformación sin conflicto".



En otras palabras, cada prueba tiene el potencial de hacernos crecer, de cambiar nuestra perspectiva y acercarnos a verdades más profundas sobre nosotros mismos y sobre Dios.

Historias de Fe en la Enfermedad

Las experiencias de aquellos que han pasado por pruebas de salud severas nos muestran cómo el buen ánimo y la confianza en Cristo pueden hacer toda la diferencia.

Un hombre que pasó meses en una cama de hospital después de un accidente relataba cómo su recuperación física fue larga y dolorosa. Sin embargo, lo que más le costó no fue el proceso físico, sino la batalla emocional. Hubo días en que quería rendirse, en que la desesperanza lo consumía. Pero en cada uno de esos momentos, recordó la promesa de Cristo:

> "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28).



Ese descanso no significó una recuperación instantánea, pero sí un cambio en su corazón. Aprendió a confiar más en el plan de Dios y, con el tiempo, descubrió que la prueba lo había moldeado en formas que nunca imaginó.

De manera similar, la filósofa colombiana María Zambrano, aunque nacida en España, influyó profundamente en la filosofía latinoamericana. Ella hablaba sobre la luz que se encuentra en la sombra, diciendo:

> "La esperanza es el sueño del alma despierta".



Cuando el sufrimiento es intenso, es fácil perder la esperanza. Sin embargo, la fe en Cristo nos permite soñar aún en medio de la tormenta, nos ayuda a ver más allá del dolor inmediato y a recordar que hay un propósito en cada experiencia.

Cuando las Respuestas No Llegan

Uno de los desafíos más grandes de la enfermedad y la incertidumbre es la falta de respuestas. No siempre entendemos el "por qué" de las cosas. Hay diagnósticos que no mejoran, tratamientos que fallan, oraciones que parecen no recibir la respuesta que esperamos.

En estos momentos, el ejemplo de Job en el Antiguo Testamento es clave. Job lo perdió todo: salud, familia, posesiones. Y aunque no entendía por qué sufría, nunca perdió su confianza en Dios. En Job 19:25, él declara:

> "Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo".



Job no necesitaba entenderlo todo para confiar. Esa es la fe real: seguir creyendo incluso cuando la lógica humana nos dice que nos rindamos.

El Poder de la Oración y la Escritura

Cuando enfrentamos pruebas en el hospital o en cualquier otro ámbito, dos herramientas pueden sostenernos: la oración y las Escrituras.

La oración nos conecta con Dios, nos permite descargar nuestras angustias y recibir fortaleza. No siempre cambiará la situación de inmediato, pero siempre cambiará nuestro corazón.

Las Escrituras, por otro lado, son un faro en la tormenta. En ellas encontramos promesas, historias de otros que pasaron por lo mismo y la certeza de que Dios nunca nos abandona.

El Salmo 46:1 dice:

> "Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones".



Cuando sentimos que todo se desmorona, podemos recordar que nunca estamos solos.

Conclusión: El Buen Ánimo Como Reflejo de la Confianza en Cristo

La vida nos llevará, tarde o temprano, a situaciones donde el dolor y la incertidumbre parecerán insoportables. En esos momentos, mantener el buen ánimo no es una simple actitud positiva, sino una decisión basada en la confianza en Cristo.

No podemos evitar todas las pruebas, pero sí podemos decidir cómo enfrentarlas. Si miramos a Cristo, si nos aferramos a sus promesas y recordamos que toda adversidad es temporal, entonces podremos encontrar paz incluso en los momentos más difíciles.

Y cuando finalmente superemos la prueba, miraremos atrás y veremos que no solo sobrevivimos, sino que crecimos, aprendimos y nos acercamos más a Dios.


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