Tuesday, February 4, 2025

Cristo, Nuestro Redentor: Reflexiones sobre Alma 11:40



En la vasta enseñanza de las Escrituras, pocas doctrinas son tan centrales como la expiación de Jesucristo. En Alma 11:40, encontramos una declaración profunda de la misión del Salvador:

> “Y vendrá al mundo para redimir a su pueblo; y tomará sobre sí las transgresiones de aquellos que crean en su nombre; y estos son los que tendrán vida eterna, y a nadie más viene la salvación.”



Esta poderosa afirmación nos invita a reflexionar sobre el papel de Cristo en la redención, el requisito de la fe en Su nombre y la promesa de la vida eterna. A lo largo de este artículo, exploraremos estos conceptos con ejemplos históricos, doctrinales y personales que pueden fortalecer nuestra fe y ayudarnos a aplicar esta verdad en nuestras vidas.


---

Cristo: El Centro del Plan de Salvación

Desde antes de la fundación del mundo, Jesucristo fue señalado como el Salvador de la humanidad. En el concilio premortal, cuando el Padre Celestial presentó Su plan, el Salvador se ofreció voluntariamente para cumplirlo:

> “Heme aquí, envíame” (Abraham 3:27).



Sabía que la única forma de redimirnos era asumir nuestras cargas, nuestros pecados y nuestras debilidades. A lo largo de las Escrituras, vemos cómo profetas y apóstoles han testificado de Su papel central en el Plan de Salvación. Alma 11:40 reafirma esta verdad al declarar que Él vendría para redimir a Su pueblo.

Pero, ¿qué significa ser parte de Su pueblo?


---

Ser Redimidos: Más que Creer, un Compromiso de Vida

El versículo menciona que Cristo tomará sobre sí las transgresiones de aquellos que crean en Su nombre. Este detalle es crucial. La redención no es automática; requiere fe en Cristo. Pero la fe no es solo una creencia pasiva, sino un compromiso activo.

Ejemplo Histórico: Los Primeros Conversos en el Libro de Mormón

Cuando Alma el Viejo predicó en las aguas de Mormón, preguntó a los que querían bautizarse:

> “¿Estáis dispuestos a cargar los unos con las cargas de los otros, para que sean ligeras?” (Mosíah 18:8).



Los que creyeron en Cristo no solo aceptaron Su nombre, sino que cambiaron sus vidas. Decidieron servir, ayudar y seguir al Salvador en todo momento.

El mismo principio se aplica hoy. La fe en Cristo nos impulsa a la acción. Si decimos que creemos en Él, debemos demostrarlo mediante nuestras obras, nuestro testimonio y nuestra manera de vivir.


---

La Vida Eterna: Una Promesa Real

El versículo termina con una declaración poderosa: “estos son los que tendrán vida eterna”. Esta promesa es el anhelo de todos los hijos de Dios.

Jesús mismo enseñó:

> “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).



La vida eterna no es solo existir para siempre. Es vivir en la presencia de Dios, en un estado de felicidad y perfección. Es el mayor regalo que podemos recibir, pero solo está disponible para quienes aceptan a Cristo como su Redentor.

Ejemplo Histórico: La Visión de José Smith y Sidney Rigdon

En 1832, José Smith y Sidney Rigdon tuvieron una visión de los reinos de gloria. Al describir a los que recibirán la vida eterna, dijeron:

> “Son aquellos que recibieron el testimonio de Jesús y creyeron en su nombre” (D. y C. 76:51).



Esto confirma lo que Alma enseñó: solo aquellos que realmente creen y siguen a Cristo podrán heredar el reino celestial.


---

¿Y Qué Pasa con los Demás?

El versículo también menciona una realidad dura: “a nadie más viene la salvación”. Esta frase puede parecer excluyente, pero hay que entenderla correctamente.

Cristo ofrece Su expiación a todos, pero no todos la aceptan. Es como si un médico ofreciera la cura a un enfermo, pero el paciente se negara a tomar la medicina. El Salvador nos invita a recibir Su amor, pero nos deja en total libertad para elegir.

Ejemplo Personal: Una Conversión en Honduras

Cuando serví como misionero en Honduras, conocí a un hombre llamado José. Llevaba años luchando con adicciones y problemas familiares. Cuando le enseñamos sobre Jesucristo, sintió algo especial, pero tenía miedo de cambiar.

Con el tiempo, tomó la decisión de ser bautizado. Abandonó sus malos hábitos y encontró paz en el Evangelio. Años después, supe que servía como líder en su rama.

José es un ejemplo de lo que significa aceptar a Cristo. La salvación está al alcance de todos, pero requiere un esfuerzo sincero.


---

Cómo Aplicar Alma 11:40 en Nuestra Vida Diaria

Sabiendo que Cristo nos redime y que la fe en Él nos lleva a la vida eterna, ¿qué podemos hacer hoy para acercarnos más a Él?

1. Renovar Nuestra Fe en Su Nombre

Cristo debe ser el centro de nuestra vida, no solo una idea distante. Podemos fortalecer nuestra fe a través de:

La oración sincera.

El estudio diario de las Escrituras.

La asistencia constante a la Iglesia.


2. Arrepentirnos y Confiar en Su Expiación

Todos fallamos, pero el Salvador nos ofrece la oportunidad de comenzar de nuevo. Como dijo el profeta Isaías:

> “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos” (Isaías 1:18).



No importa qué hayamos hecho, Cristo siempre está dispuesto a perdonarnos si nos arrepentimos sinceramente.

3. Ayudar a Otros a Venir a Cristo

Si hemos experimentado Su amor, es nuestro deber compartirlo con los demás. Esto puede ser:

Invitar a alguien a la Iglesia.

Testificar de Cristo en nuestras conversaciones diarias.

Brindar servicio y amor a quienes nos rodean.


El Salvador nos ha redimido para que también ayudemos a otros a encontrar Su amor.


---

Conclusión: La Invitación de Cristo Sigue en Pie

Alma 11:40 resume de manera hermosa el propósito de la vida de Cristo. Él vino a redimirnos, tomó sobre sí nuestras transgresiones y ofrece la vida eterna a quienes creen en Su nombre.

Pero el mensaje más importante es que la invitación sigue abierta. Cada día tenemos la oportunidad de elegir a Cristo, de confiar en Su gracia y de vivir conforme a Su Evangelio.

Así como José en Honduras encontró paz al aceptar al Salvador, nosotros también podemos hacerlo. No importa dónde estemos en nuestro camino espiritual, Cristo siempre nos espera con los brazos abiertos.

Que podamos fortalecer nuestra fe en Su nombre, aceptar Su redención y vivir de manera que un día podamos recibir la vida eterna con Él.

¿Estás listo para aceptar la invitación?


No comments:

Post a Comment

“The Ark of Noah, a Journey Without a Rudder…”

The story of Noah’s ark has never been for me a simple tale of animals marching two by two into a giant boat. It is much more than a childho...