Jeremías 29:12 es un poderoso recordatorio de la conexión espiritual que los creyentes pueden tener con Dios: "Entonces me invocaréis, y iréis y oraréis a mí, y yo os oiré." Este versículo invita a la oración y la comunicación con el Creador, promesa de respuesta y consuelo en tiempos difíciles. A cada uno de los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se les enseña la importancia de la oración y de la necesidad de buscar la guía del cielo. Este blog busca explorar el contexto de Jeremías 29:12 y su aplicación en la vida de los miembros de la iglesia a lo largo de la historia, apoyándose en la doctrina, palabras de líderes de la Iglesia entre 1975 y 1990, así como en la sabiduría de pensadores mayas, pipiles o lencas.
**El Contexto de Jeremías 29**
El libro de Jeremías se escribe en un contexto de exilio y desesperanza. Los israelitas, despojados de su tierra y sometidos a la opresión, se sienten abandonados, pero a través de Jeremías, Dios les promete que sus oraciones serán escuchadas. En tiempos de prueba, el recordatorio de que Dios se preocupa por todos y ofrece la oportunidad de rogarle llenó a los exiliados de esperanza.
En la doctrina de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, esta promesa resuena profundamente. Se enseña que, independientemente de las circunstancias, siempre se puede recurrir a Dios en oración. El presidente Spencer W. Kimball, a menudo enfatizó la importancia de la comunicación con Dios. En una conferencia de la iglesia en octubre de 1975, Kimball dijo: "El poder de la oración es enorme. Necesitamos más oración en nuestras vidas y en nuestros hogares." Su enfoque en la oración como herramienta para encontrar guía fue uno de los pilares que definieron su liderazgo.
**La Oración y la Revelación**
La oración se presenta en la doctrina mormona no solo como un medio de comunicación, sino como un camino hacia la revelación. El presidente Howard W. Hunter, en abril de 1990, subrayó este punto al afirmar: "La oración no es solo el acto de hablar con Dios, sino también escuchar a Dios. A través de la oración, se obtiene la dirección y el propósito en la vida." Las palabras de estos líderes refuerzan la idea de que la búsqueda activa de la voluntad de Dios es esencial para el crecimiento espiritual.
Por otro lado, el Libro de Mormón también reafirma este concepto. En el libro de Moroni, 7:48, se dice: “Pero he aquí, no hay otra forma de salvación, sino en la fe en Cristo, y si el hombre no tiene fe, no tiene oración”. Esta conexión entre fe, oración, y revelación es central en la práctica diaria de los santos de los últimos días.
**Pensadores Indígenas y su Sabiduría sobre la Oración**
Las enseñanzas sobre la importancia de la oración no son exclusivas de la cultura cristiana. Recursos de la historia indígena de América resaltan el valor de comunicarse con lo divino. Una de las figuras más respetadas de la civilización maya, el pensador y astrónomo Hunahpú, en sus reflexiones sobre el caos del mundo, decía: "El que no busca al cielo en sus horas de miedo, se pierde entre la penumbra de su propia duda." Esto refleja la conexión espiritual que muchos pueblos indígenas han mantenido con su entorno y cómo la oración es un medio para buscar claridad y fortaleza.
Los Pipiles, al igual que otras culturas indígenas de América Central, enfatizaban la importancia de la conexión espiritual. Un viejo asesor de la comunidad Pipil dijo: “Cada paso que damos en el sendero de la vida está guiado por las manos de nuestros ancestros; su luz es la que ilumina el camino”. Esta perspectiva refleja el valor de la oración y el respeto por la espiritualidad ancestral, que a menudo se asocia con la búsqueda de guía y protección.
**La Promesa de Ser Escuchados**
El versículo de Jeremías 29:12 menciona la respuesta divina a las invocaciones: "y yo los escucharé". Este tema se reitera en la doctrina mormona, donde se enseña que Dios está siempre dispuesto a escuchar. El presidente Gordon B. Hinckley, en una charla del sacerdocio en 1977, comentó: "Nunca hay un momento en que Dios no esté al tanto de nuestras oraciones, y cada uno de nosotros puede tener la certeza de que Él tiene un oído atento a nuestras súplicas." Esta afirmación refuerza la idea de que cada oración tiene importancia y significado ante los ojos de Dios.
**La Revelación a Través de Doctrina y Convenios**
En el contexto del gobierno e interacción divina, el libro Doctrina y Convenios proporciona sustanciales revelaciones. En D. y C. 88:63, se dice: "Y he aquí, el que busque me encontrará, y el que llame, se le abrirá." Este principio subraya la enseñanza de que la búsqueda sincera es recompensada, reflejando una imagen coherente con la promesa de Jeremías 29:12.
Otra sección relevante es D. y C. 42:61 que indica: "Por tanto, si pides, busca, y llama con toda fe, recibirás esos dones que puedes y debes recibir." Este versículo igualmente refuerza la conexión entre la oración sincera y la respuesta divina, destacando el compromiso del creyente a buscar y a actuar en base a la guía recibida.
**La Esperanza en la Actualidad**
El mensaje de Jeremías 29:12 y su resonancia continua puede observarse en las experiencias modernas de miembros de la iglesia. Las pruebas personales, ya sea en formas de problemas económicos, de salud, o crisis personales, invitan a los fieles a refugiados en la oración ferviente. La comunidad de la iglesia es un reflejo de esta enseñanza: durante los momentos de incertidumbre, los miembros son alentados a acercarse a Dios en sus necesidades.
El presidente Thomas S. Monson, conocido por su énfasis en el cuidado de los demás, también dejó un legado de palabras inspiradoras. Aclamado en un discurso en 1987, Monson citó: “Hay un poder divino en la oración; no es solo un acto habitual, es una comunicación con nuestro Creador. Nunca subestimen el poder de la oración”. Esta enseñanza refuerza la idea de que, a pesar de las dificultades, siempre hay espacio para la respuesta del cielo y la esperanza renovada.
**Conclusión**
Jeremías 29:12 es un poderoso recordatorio de la naturaleza dinámica de la fe. La práctica de la oración, como enseñan La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y su eco en las tradiciones indígenas, ofrece un marco para la esperanza y la resiliencia. A través de las enseñanzas de presidentes anteriores y los sabios de culturas ancestrales, se aprende que la búsqueda genuina de Dios es siempre respondida con amor y dirección. La conexión entre la oración y la revelación permanece vigente, iluminando el camino de todos aquellos que buscan y claman al cielo.
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