Introducción: Un llamado a la santidad
En un mundo donde las normas morales parecen difuminarse cada vez más, el apóstol Pablo nos recuerda en **1 Corintios 6:18**: *"Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca."* Este versículo no solo es una advertencia, sino también una invitación a reflexionar sobre la santidad de nuestros cuerpos y la importancia de vivir de acuerdo con los principios divinos. Como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, entendemos que nuestro cuerpo es un templo sagrado, un regalo de Dios que debemos cuidar con reverencia.
En este blog, exploraremos el significado profundo de este pasaje, cómo se relaciona con las enseñanzas de la Iglesia y qué pasos prácticos podemos tomar para "huir" de la inmoralidad sexual y acercarnos más a nuestro Salvador, Jesucristo.
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**1. El cuerpo: Un templo sagrado**
La doctrina de la Iglesia enseña que nuestro cuerpo es un don divino. En **1 Corintios 6:19-20**, Pablo continúa diciendo: *"¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios."*
Esta verdad resuena profundamente con las enseñanzas del profeta José Smith y los líderes modernos de la Iglesia. El *"Para la Fortaleza de la Juventud"* y otros recursos nos recuerdan que nuestro cuerpo es una parte esencial de nuestro progreso eterno. Cuando lo tratamos con respeto y pureza, honramos a Dios y avanzamos en nuestro camino hacia la vida eterna.
**Pregunta para reflexionar:** ¿Cómo puedes recordar diariamente que tu cuerpo es un templo sagrado?
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**2. Huir de la inmoralidad: Un acto de fe y obediencia**
La palabra *"huir"* en 1 Corintios 6:18 no es casual. Implica acción inmediata y decisión firme. No se nos dice que resistamos o negociemos con la tentación, sino que la evitemos por completo. Esto refleja la enseñanza de la Iglesia de que debemos *"evitar toda apariencia de mal"* (1 Tesalonicenses 5:22).
En un mundo lleno de estímulos que normalizan la inmoralidad, huir puede significar tomar medidas prácticas:
- Limitar el acceso a contenido inapropiado en redes sociales y medios de comunicación.
- Rodearnos de amigos y familiares que compartan nuestros valores.
- Acudir a las Escrituras y a la oración para fortalecer nuestro espíritu.
**Ejemplo inspirador:** Piensa en José, el hijo de Jacob, quien huyó de la tentación de la esposa de Potifar (Génesis 39:12). Su decisión no solo lo protegió, sino que lo preparó para cumplir su misión divina.
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**3. El poder del arrepentimiento y la expiación de Cristo**
Aunque el pecado sexual es grave, la doctrina de la Iglesia nos enseña que la expiación de Jesucristo es infinita y eterna. Nadie está más allá del alcance de Su amor y misericordia. Si has caído en la inmoralidad, no pierdas la esperanza. El arrepentimiento es un proceso sagrado que nos permite limpiar nuestro templo y renovar nuestro convenio bautismal.
El élder Jeffrey R. Holland enseñó: *"Dios no nos ama por lo que somos, sino a pesar de lo que somos. Él nos ama tanto que nos dará la oportunidad de cambiar."*
**Invitación a actuar:** Si sientes que has pecado, acude a tu obispo o líder espiritual. Ellos están allí para ayudarte a encontrar la paz y la sanación que solo Cristo puede ofrecer.
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**4. Vivir en pureza: Un testimonio poderoso**
Cuando elegimos vivir en pureza, no solo nos protegemos a nosotros mismos, sino que también nos convertimos en faros de luz para los demás. Nuestro ejemplo puede inspirar a otros a buscar una vida más cercana a Cristo.
El presidente Russell M. Nelson ha dicho: *"La pureza prepara el camino para la santidad."* Al mantenernos puros, nos preparamos para recibir las bendiciones del templo y las promesas del convenio eterno.
**Desafío final:** Esta semana, identifica una acción específica que puedas tomar para fortalecer tu compromiso con la pureza. Ya sea mediante la oración, el estudio de las Escrituras o la búsqueda de buenas compañías, cada pequeño paso te acercará más a Cristo.
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**Conclusión: Un camino hacia la libertad verdadera**
1 Corintios 6:18 no es solo una prohibición; es una invitación a experimentar la libertad que viene al vivir en armonía con las leyes de Dios. Como Santos de los Últimos Días, tenemos la bendición de contar con las Escrituras, los profetas vivientes y el poder del Espíritu Santo para guiarnos en este camino.
Te invito a compartir tus pensamientos y experiencias en los comentarios. ¿Cómo has experimentado la fortaleza al huir de la inmoralidad? ¿Qué consejos darías a alguien que lucha con este desafío? Juntos, podemos edificarnos y fortalecernos en nuestra jornada hacia la vida eterna.
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