Tuesday, January 21, 2025

“Deléitate en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón” – Un Análisis Dinámico de Salmos 37:4 a la Luz de la Doctrina Restaurada



La escritura en Salmos 37:4 invita a reflexionar profundamente sobre nuestra relación con el Señor y la manera en que nuestras metas y deseos se alinean con Su voluntad. “Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón”. Pero, ¿qué significa deleitarnos en el Señor? ¿Acaso implica simplemente tener fe en Él, o nos llama a vivir de una manera que transforme nuestros deseos para que sean como los de Él? En el contexto de la doctrina de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, esta escritura cobra una profundidad especial, ya que apunta al poder de la obediencia, la rectitud, y la fe activa en nuestro Padre Celestial.

Deleitarse en Jehová: Una Perspectiva Restaurada

El concepto de "deleitarse en Jehová" puede parecer poético, pero tiene aplicaciones muy prácticas en la vida de los discípulos de Cristo. Según las enseñanzas del Élder Jeffrey R. Holland, deleitarse en el Señor es mucho más que un sentimiento pasajero; es una forma de vivir. En su discurso "El primer gran mandamiento", el Élder Holland enseñó: "Cuando amamos al Señor con todo nuestro corazón, nos deleitamos en Su voluntad y hallamos gozo en servirle." Este principio se relaciona con la idea de que nuestras acciones deben reflejar nuestro amor por Dios y nuestra disposición a seguir Su plan.

En Mosíah 2:41, se nos enseña que el servicio y la obediencia al Señor nos llevan a la felicidad: “Considerad el bendito y feliz estado de aquellos que guardan los mandamientos de Dios…”. Este deleite en el Señor no es algo teórico; es un gozo que proviene de la obediencia y el sacrificio personal. Si vivimos de acuerdo con Su voluntad, nuestros deseos se transforman, y pedimos aquello que realmente es bueno para nuestra alma.

El Poder de las Peticiones del Corazón

A menudo, interpretamos Salmos 37:4 como una promesa de que el Señor nos dará cualquier cosa que pidamos si nos deleitamos en Él. Sin embargo, desde una perspectiva de la doctrina restaurada, esto no significa que el Señor sea un genio que concede deseos. En lugar de eso, significa que nuestros deseos se refinan cuando buscamos primero Su reino y Su justicia, tal como lo enseña Mateo 6:33: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas."

La idea de transformar nuestros deseos es una enseñanza central en el Libro de Mormón. En Éter 12:27, Moroni nos recuerda que el Señor nos da debilidades para que podamos ser humildes y venir a Él. Cuando llevamos nuestras debilidades y deseos al altar del sacrificio, Él nos transforma, y nuestros deseos se alinean con Su voluntad divina.

Un ejemplo clave de esto en las escrituras es el joven Alma, quien inicialmente buscaba destruir la obra del Señor. Después de su experiencia de conversión, relatada en Alma 36, sus deseos cambiaron completamente. Ya no buscaba la destrucción, sino que dedicó toda su vida a predicar el evangelio y traer almas a Cristo. Su corazón fue transformado al deleitarse en las cosas del Señor.

Promesas Condicionales: La Relación entre Deseo y Acción

El evangelio restaurado enfatiza que las bendiciones prometidas siempre están condicionadas a nuestra obediencia. En Doctrina y Convenios 130:20-21, aprendemos que todas las bendiciones se reciben al obedecer la ley sobre la cual están basadas. Esto se aplica directamente a Salmos 37:4. Deleitarse en Jehová no es un acto pasivo; es un compromiso activo de vivir de acuerdo con los principios del evangelio.

El presidente Russell M. Nelson ha enseñado repetidamente que las bendiciones llegan cuando hacemos nuestra parte. En su conferencia "El poder de la salvación", declaró: “El Señor ama el esfuerzo, porque el esfuerzo trae bendiciones, y las bendiciones conducen a milagros.” Por lo tanto, si deseamos que se concedan las peticiones de nuestro corazón, debemos estar dispuestos a actuar con fe y sacrificio.

Un ejemplo moderno de esta promesa condicional es el diezmo. En Malaquías 3:10, se nos invita a probar al Señor al pagar nuestros diezmos, con la promesa de que abrirá las ventanas de los cielos. Muchas personas en la Iglesia han experimentado milagros financieros y espirituales al obedecer esta ley sagrada. Al deleitarnos en Jehová al pagar un diezmo fiel, vemos cómo el Señor concede las peticiones de nuestros corazones.

El Poder de Orar con Fe

Otra clave para entender Salmos 37:4 es la conexión entre deleitarse en Jehová y la oración. El Salvador nos enseñó en 3 Nefi 18:20: “Y todo cuanto pidáis al Padre en mi nombre, que sea justo, creyendo que recibiréis, he aquí, os será concedido.” La clave aquí es la justicia de nuestras peticiones. Cuando nos deleitamos en Jehová, nuestras oraciones se centran menos en nuestras necesidades egoístas y más en los propósitos eternos de Dios.

Un ejemplo conmovedor de esto en la historia de la Iglesia es el sacrificio de los pioneros santos de los últimos días. Ellos oraron con fe mientras enfrentaban desafíos inimaginables al cruzar las llanuras para establecerse en el oeste de los Estados Unidos. Aunque muchos de sus deseos inmediatos, como la comodidad o el alivio, no se cumplieron de inmediato, sus corazones fueron purificados, y su fe les permitió recibir bendiciones eternas, incluyendo la prosperidad de Sión.

La Fe y el Deleite en la Segunda Venida

Una de las mayores peticiones del corazón de los santos es la esperanza de la Segunda Venida de Jesucristo. En Doctrina y Convenios 45:39, se nos recuerda que debemos “estar listos” para ese día glorioso. Deleitarse en Jehová significa vivir con la vista fija en ese evento, preparándonos espiritualmente y ayudando a otros a hacer lo mismo.

El élder D. Todd Christofferson enseñó que “cuando nuestras vidas están enfocadas en Cristo, no solo somos más felices, sino que también estamos más preparados para enfrentarnos a los desafíos de la vida.” Esto es parte de deleitarse en Jehová: confiar en Su plan y permanecer firmes en nuestra esperanza de Su venida.

Ejemplos Personales y Aplicaciones

En mi propia vida, he visto cómo Salmos 37:4 se cumple cuando busco primero al Señor. Como esposo y padre, a menudo oro por mi familia, deseando lo mejor para ellos. Sin embargo, he aprendido que las verdaderas bendiciones llegan cuando busco entender y cumplir la voluntad del Señor en lugar de insistir en mis propios deseos. Por ejemplo, cuando enfrenté desafíos laborales, encontré paz al centrarme en las cosas espirituales y confiar en que el Señor tenía un plan para mí.

En Evanston, Wyoming, donde vivo, he conocido a muchas personas cuyas vidas son testimonio del poder de deleitarse en Jehová. Desde miembros fieles de mi barrio hasta amigos que enfrentan pruebas con fe, he aprendido que este principio es universal: cuando priorizamos a Dios en nuestra vida, Él transforma nuestros deseos y nos concede lo que realmente necesitamos.

Conclusión: Deléitate y Confía

Salmos 37:4 no es solo un recordatorio de que Dios concede bendiciones; es una invitación a transformar nuestra vida a través de la obediencia, la fe y el servicio. Cuando nos deleitamos en el Señor, nuestros deseos se alinean con los Suyos, y comenzamos a ver Su mano en todo lo que hacemos. Como dice Doctrina y Convenios 59:23: “Aquel que hace obras de justicia recibirá su recompensa, la paz en este mundo y la vida eterna en el mundo venidero.”

Que podamos deleitarnos en Jehová no solo con nuestras palabras, sino con nuestras acciones diarias. Al hacerlo, descubriremos que Él no solo concede las peticiones de nuestro corazón, sino que también nos transforma para que esas peticiones reflejen Su divina voluntad.


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