La Semana Santa llega a su fin. Día Viernes en espera del Domingo de Resurrección y con ello testificamos que Jesús el Cristo venció la muerte y así nos da la oportunidad de algún día volver a vivir con Nuestro Creador. Y es durante estas fechas que abundan estudios en cuanto a Jesucristo si fue Revolucionario o Apolítico.
Tenemos que recordar que la predicación de Jesús sobre el Reino de Dios no concierne solamente a las personas, sino también al “mundo de las personas”, es decir, a las relaciones humanas, a la vida social. En tiempos de Jesús los verdaderos dirigentes de la vida religiosa y social son, para la gente del pueblo, los escribas y fariseos. Ellos son más temidos, e incluso respetados, que las fuerzas de ocupación romanas o el sumo sacerdote del Templo de Jerusalén.
Los escribas eran teólogos que conocían a fondo las Escrituras, la ley y las tradiciones religiosas del pueblo judío. Los fariseos, grupos de laicos; muy fervientes, daban gran importancia al culto, a la plegaria y a las obligaciones religiosas. Observaban la Ley y las prescripciones legales al pie de la letra y esperan otro tanto del pueblo. Tenían gran influencia moral y social y disponen, para cada caso que pueda presentarse en la vida ordinaria, de una solución inspirada creen ellos en las tradiciones religiosas y en los comentarios oficiales de la Ley mosaica. Están llenos de buenas intenciones y persuadidos de ser guías seguros, modelos ejemplares para el pueblo. Pero no son perfectos del todo.
Tienen un defecto capital que Jesús denuncio con fuerza: ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el suyo. Descuidan la justicia, la misericordia y la buena fe. Dicen y no hacen; atan pesados fardos a las espaldas de los otros y ellos rehúsan mover la punta de un dedo. Todo esto no puede soportarse, debe ser cambiado. (Es ahí donde se habla que fue Revolucionario)
En tiempos de Jesús, en su patria, las diferencias sociales estaban rígidamente marcadas. Habían ricos y pobres, parientes y extraños, sacerdotes de Jerusalén y levitas en las ciudades, fariseos, saduceos, publícanos. Las relaciones entre los grupos sociales están regidas por convenciones, tradiciones, reglamentos, a veces muy estrictos. Unas cosas son desaconsejadas, otras prohibidas. Así, por ejemplo, se evita frecuentar a los pastores, curanderos, sastres, barberos, carniceros y publícanos. Son profesiones despreciadas y convierten en execrables a los que las ejercen.
¿Cómo se comporta Jesús ante los prejuicios y convencionalismos sociales? Con mucha libertad. No concede importancia a ciertas observancias como lavarse las manos antes de comer, y rechaza, además, esos convencionalismos que rigen las relaciones de los hombres de su país. Frecuenta a todo el mundo, se dirige a todo el mundo. Busca el contacto con los más pobres, con los marginados, con los que son despreciados. Y a los que se escandalizan les dice: “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Estos son los que tienen necesidad de médico”. (Por esto lo consideran Comunista)
Jesús acoge también a los paganos, es decir a los no judíos. Conversa con las prostitutas, cena con Zaqueo (quien tenía mala reputación), acepta como apóstol a Judas Iscariote, hombre ambicioso que le traicionará; tres guerrilleros se hacen discípulos suyos y encuentra normal que las mujeres le acompañen en sus desplazamientos, lo cual resulta sorprendente en aquella época La “gente bien” comenta: “Es un comilón y un bebedor, un amigo de publícanos y pecadores”.
Jesús critica el orden social de su tiempo, que no es más que un orden en el desorden. Para entrar en el Reino que anuncia es preciso cambiar radicalmente el fondo de los corazones, las relaciones entre los hombres: “Muchos de los primeros serán los últimos, y los últimos los primeros. Los publícanos y las prostitutas están más próximos al Reino de Dios que vosotros”. ¿Por qué?
Porque, no siendo nada socialmente, los pobres, los marginados, los excluidos, no tienen nada que perder y mucho que esperar. Están mejor preparados para recibir el mensaje de Jesús y llevarlo a la práctica. No sucede lo mismo con los fariseos, bien adaptados a un sistema social que han creado en su propio interés: tienen buena reputación, religión, están seguros de que Dios está de su parte. Triste ilusión, explica Jesús en la parábola del fariseo y el publicano. (Por esto lo consideran Socialista)
La Buena Nueva anunciada por Jesús, obliga a una conversión que pone en quiebra la solidez y la seguridad de la Ley. Aquella obliga a los que son alguien, a reconsiderar su postura, a “desinstalarse”. Supone una revolución en las relaciones humanas.
Ante esta radical contestación del orden establecido, los fariseos reaccionan violentamente. Murmuran y se burlan de Jesús. Le acusan de estar poseído por el demonio, esparcen noticias insidiosas para perjudicarlo y desacreditarle. Intentan desembarazarse de él y matarlo. Reuniendo motivos de acusación contra Jesús, estarán entre aquellos que le harán condenar a muerte.Pero Jesús no se deja intimidar. Continúa predicando la conversión del corazón, la fraternidad universal. El tiempo apremia: “Se ha cumplido y el Reino de Dios está próximo”. (Por esto lo consideran Político)
Ahora bien lo que si se debe de aceptar como única verdad es que Jesús el Cristo vino mas bien a corregir el evangelio que con los siglos se había modificado según la necesidad de los lideres religiosos. Y entre los cambios se encuentran:
LOS BIENES : Jesús pide al rico que venda lo que tiene y lo entregue a los pobres. El Reino de Dios provoca una nueva manera de repartir lo que se posee.
LAS MUJERES: Jesús habla con ellas, aún con las extranjeras. No las aparta de El, como se hace en la Sinagoga. El Reino de Dios considera iguales al hombre y a la mujer.
EL MATRIMONIO: Jesús protesta contra el repudio de las mujeres por sus maridos y por motivos arbitrarios, como lo autorizaban algunos rabinos y proclama la indisolubilidad del matrimonio.El Reino de Dios invita a la pareja al respeto y al perpetuo amor
LOS NIÑOS: Jesús les testimonia su interés y ternura, mientras que la sociedad los separa y los considera seres inferiores. El Reino de Dios es para los niños.
LA FAMILIA: Para Jesús los lazos de parentesco no son absoluto si no mas bien da a conocer que somos una solo familia. (Hijos del Mismo Padre).
LA GENTE IMPURA: Jesús frecuenta la compañía de pecadores mientras que ‘los justos” se alejan de ellos. Jesús cambia las categorías de puro e impuro. El Reino de Dios no excluye a nadie mas bien el pecado.
LOS RITUALES DE PUREZA: Jesús no atribuye importancia a los ritos de purificación, en particular antes de las comidas. El Reino de Dios pide pureza en la intención profunda, en el corazón del hombre.Las familias “impuras”. Al lado de aquellos cuyo árbol genealógico establece la “pureza”, hay familias manchadas, por alguna unión ilegítima, por ejemplo. Para llegar a ser sacerdotes, ejercer ciertas funciones, participar en la salvación que traerá el Mesías, es preciso estar entre los “puros”. Jesús no se preocupa de estos exclusivismos. El Reino de Dios esta abierto para todos.
LOS OFICIOS DESPRECIADOS: Se hicieron listas de oficios despreciados: los que favorecen la inmoralidad en los transportes (asnero, camellero, marinero); los que son ocasión de ganancias excesivas (pastor, médico, carnicero, recaudador de impuestos); los oficios repugnantes (recogedor de basuras para curtir, fundidor de cobre, curtidos); los oficios que ponen en relación con mujeres (vendedor ambulante, lavandero, etc.). Jesús frecuenta el trato de los recaudadores de impuestos. Toma a uno por apóstol. Los relatos de su nacimiento conceden lugar de honor a los pastores. El Reino de Dios privilegia a los marginados.
LOS PECADORES: Jesús Perdona sin preocuparse de los sacrificios penitenciales que se deben cumplir en el Templo de Jerusalén. El Reino de Dios regenera la vida sin recurrir al Templo.
EL TEMPLO: Jesús morirá a causa de su toma de posición respecto al Templo.
LOS PAGANOS: El va hacia ellos. Los primeros cristianos insistieron sobre esta conducta de Jesús. Pero muchos, comprendido San Pedro, tendrán dificultad para decidirse a comer con los no judíos.El Reino de Dios es para todos los hombres.
EL PODER: Jesús habla de “servicio” cuando se trata de ejercer una autoridad El mismo da ejemplo.
Así que en una semana donde la Iglesia Católica Apostólica Romana celebra la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo no debemos de empañar su misión con ideas fuera de lugar dando títulos innecesarios al Hijo de Dios (Revolucionario, Político, Apolítico, Comunista, Socialista, Guerrillero, etc) cuando mas bien ya posee los suyos y unicamente para EL:
Agua viva
Alfa y Omega
Buen Cordero de Dios
Consolador
Emanuel
Esposo de la Iglesia
Hijo del Hombre
Jehová
Libertador
Luz
Mediador
Mesías
Pan de Vida
Piedra del Ángulo
Primogénito
Principio
Redentor
Roca
Salvador
Señor
Sin Fin
El ungido
Primogénito
YO SOY
Y 76 nombres mas.
Que esta semana nos haya servido para meditar en lo importante de la vida … LA VERDADERA MISIÓN DE JESUCRISTO.
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